En un universo donde las estrellas nacen y mueren, y los agujeros negros devoran la luz, el destino final del cosmos ha sido durante décadas un misterio envuelto en escalas temporales inimaginables. Ahora, un equipo de astrofísicos ha dado un paso decisivo para desvelar cuándo llegará ese inevitable ocaso cósmico. Un nuevo estudio liderado por astrofísicos de la Universidad Radboud de los Países Bajos ha arrojado luz sobre este misterio de la cosmología: el final del universo.
El universo se apagará antes de lo previsto
El equipo liderado por Heino Falcke, astrofísico teórico del centro, ha hecho los cálculos: el universo terminará en aproximadamente 10 elevado a 78 años. Aunque esta cifra sigue siendo inimaginablemente lejana, representa un avance significativo respecto a la predicción anterior de 10 elevado a 1.100 años, realizada por el propio Falcke y su equipo en 2023.
“El final definitivo del universo llegará mucho antes de lo esperado, pero afortunadamente todavía falta muchísimo tiempo”, declaró Falcke en un comunicado.
El papel de la radiación de Hawking
La nueva estimación se basa en el estudio de los objetos más longevos del cosmos: los remanentes brillantes de estrellas muertas, como las enanas blancas y las estrellas de neutrones. El proceso de desintegración gradual de estos cuerpos está impulsado por la llamada radiación de Hawking, una teoría propuesta en los años 70 por el físico Stephen Hawking.
Esta teoría sostiene que, cerca del horizonte de sucesos de un agujero negro, se producen pares de partículas virtuales debido a fluctuaciones cuánticas. Normalmente, estas partículas se aniquilan mutuamente casi instantáneamente. Sin embargo, la intensa gravedad de un agujero negro puede separar a estas partículas: una cae en el agujero negro, reduciendo su masa, mientras que la otra escapa al espacio.
Con el tiempo, este proceso lleva a la evaporación de los agujeros negros. El equipo de Falcke amplió este concepto a otros objetos compactos con fuertes campos gravitacionales, descubriendo que el “tiempo de evaporación” depende únicamente de la densidad del objeto, y no solo de la presencia de un horizonte de sucesos.
Estrellas de neutrones y agujeros negros: el mismo destino
El estudio, publicado el 12 de mayo en el 'Journal of Cosmology and Astroparticle Physics', ofrece una nueva estimación para el tiempo que tardan las enanas blancas en disolverse por completo: unos 10 elevado a 78 años. Sorprendentemente, las estrellas de neutrones y los agujeros negros de masa estelar desaparecerán en una escala de tiempo similar: alrededor de 10 elevado a 67 años.
“Pero los agujeros negros no tienen superficie”, explicó Michael Wondrak, coautor del estudio. “Reabsorben parte de su propia radiación, lo que ralentiza el proceso”.
Si hasta los objetos más resistentes del universo están destinados a desaparecer, ¿qué significa eso para nosotros? Tal vez, como sugieren los autores, el sentido de la existencia no reside en la permanencia, sino en la fugaz brillantez de preguntarnos por el universo… mientras las estrellas aún brillan.

