A estas alturas, no cabe duda de que la IA está cambiando por completo la manera en la que trabajamos. Por ejemplo, un reciente estudio de Harvard Business School señalaba que la IA generativa puede aumentar la velocidad de ejecución en un 25% y el rendimiento individual en un 43%. Unos datos que confirman el beneficio potencial de incluir esta tecnología en cualquier empresa. Pero, ¿qué implica esto para el empleo? Pues según el informe State of Cybersecurity 2025, presentado por ISACA este lunes, el 66% de las organizaciones tiene dificultades para cubrir vacantes en ciberseguridad.
Este dato es especialmente preocupante en Europa, donde el 58% de los equipos de ciberseguridad están infradotados y el 52% de las organizaciones luchan por retener talento. La dificultad no solo está en encontrar candidatos: el 45% de las organizaciones tarda entre tres y seis meses en cubrir puestos incluso de nivel inicial, a pesar de que muchos de ellos no requieren experiencia ni título universitario. Algo que tiene mucho que ver con la irrupción de la IA en el trabajo: en primer lugar, porque la progresiva automatización está eliminando tareas asumibles por profesionales de TI; por otro lado, porque los ciberdelincuentes cada vez utilizan más la propia IA para diseñar sus ataques... lo que provoca que no haya tanto personal cualificado para contrarrestarlos.
La IA, en el centro del cambio
No es de extrañar que esta tendencia esté generando ansiedad en determinados sectores, ante la posibilidad de que determinados empleos desaparezcan o cambien radicalmente. Por eso, el ejemplo de la ciberseguridad es tan paradigmático: la IA está acelerando el ritmo de las amenazas a una velocidad supersónica y, por tanto, la necesidad de profesionales cada vez más cualificados; sin embargo, parece evidente que, en este caso, el ser humano va claramente a la zaga.
Uno de los problemas señalados por el informe de ISACA es la rigidez de los procesos de contratación: más del 50% de las organizaciones aún priorizan tener un título universitario, pese a que el 84% valora más contar con certificaciones profesionales y el 73% con experiencia práctica. Es decir, que el talento, en muchas ocasiones, es descartado por una mera cuestión de titulitis. Sin embargo, esto contrasta con el ritmo de crecimiento de las ciberamenazas y con el hecho de que actualmente solo un 24% de los profesionales comenzó su carrera directamente en ciberseguridad; el resto llegó desde otras disciplinas, según ISACA.
Otro aspecto inquietante de este informe es el nivel de estrés laboral de los profesionales. Un 68% afirma que su trabajo es más estresante que hace cinco años y un 54% denuncia cargas laborales excesivas. Nada nuevo bajo el sol: los episodios de crunch son la tónica desde hace años en las empresas del sector tech. Sin embargo, no deja de ser ilustrativo que el gran aumento del estrés haya coincidido en el tiempo con la aparición e incorporación de la IA en el trabajo.

