En la televisión, a pesar de que sólo contábamos con un par de canales, los públicos, ya se podían encontrar producciones de ficción que servían para entretener los espectadores españoles, que precisamente ese año crecieron gracias al Mundial de Fútbol que se celebró en nuestro país. Aunque la producción propia estaba más centrada en los programas divulgativos, TVE ya llevaba dos décadas atreviéndose con la ficción, en buena parte gracias a biopic y adaptaciones literarias. En 1982 la cadena pública estrenó Ramón y Cajal, Juanita, la Larga y Los Gozos y las Sombras, además de Diálogos de un matrimonio, dirigida por Cayetano Luca de Tena, y Don Baldomero y su gente, interpretado por Luis Escobar.
La ficción extranjera estaba representada por más de cuarenta producciones, dirigidas a todo tipo de espectadores. A las series comentadas en la sección de La Brújula podemos añadir Hart y Hart, Las desventuras del Sheriff Lobo o las adaptaciones de las novelas Ana Karenina y David Copperfield. Por su parte Ulises 31, D´Artacán y los tres mosqueperros y Super Ratón eran las series animadas más esperadas por los más pequeños de la casa.
Pero como comentamos en el programa el acontecimiento televisivo del año fue, sin duda, el final de Verano Azul, y la muerte previa de su personaje más querido, Chanquete. Los últimos capítulos de la serie de Antonio Mercero fueron un verdadero tour de force emocional para los seguidores de la serie, que se enfrentaron al fallecimiento del personaje interpretado por Antonio Ferrandis y se despidieron de una historia que ha conquistado a varias generaciones de españoles, en apenas dos semanas. Para los que lo vivimos en alguna de las reposiciones, y a pesar de que era muy probable que alguien nos hubiese chivado el final, la pérdida fue igual de dolorosa, y quizá la primera vez que nos enfrentamos a la muerte de un “ser querido”. “Chanquete ha muerto”.