El día 9 llegó a su final una de las producciones más esperadas de la temporadaTrue Detective. La gran calidad de los primeros episodios de la creación de Pizzolato provocaron que se convirtiera en la serie del momento durante los primeros meses del año, suscitando una inesperada expectación entre los admiradores de las series de televisión. Como es habitual desde hace unos años las redes sociales alimentaron el interés por la serie, y dieron pie a numerosas teorías sobre el final de la misma. Cuando éste llegó fueron muchos los que expresaron su desencanto, o su alegría, aunque ésta última era mucho menos ruidosa que sus contraria. Y más allá de los deseos y las ilusiones de los seguidores, debimos asumir que la serie había llegado a su fin y muchos nos quedamos huérfanos de una de las mejores creaciones de la actualidad.
El pasado domingo nada hacía presagiar que la jornada televisiva traería algún sobresalto. Pero si algo hizo bien el equipo de The Good Wife fue guardarse el secreto de la sorpresa que tenía guardada para los seguidores de la serie. La desaparición de uno de los actores principales de la producción de la CBS, además de suponer muchos disgustos, también ha contribuído a generar un enorme ruido en las redes sociales, dejando patente que los cambios en la serie eran capaces de generar multitud de sentimientos, desde la frustración al simple enfado, pasando por el duelo o las numerosoas teorías sobre el futuro de la producción, que recientemente ha sido renovada.
Ambos fenómenos son fácilmente equiparables, no en su tamaño pero sí en sus consecuencias, con el famoso episodio de la Boda Roja, que el pasado año provocó que, como se dice coloquialmente, se inciendiasen las redes sociales. Gracias a estas nuevas posibilidades comunicativas los espectadores tenemos la oportunidad de comentar y compartir nuestras sensaciones, generando un ruido que habrían querido para sí otras series estrenadas antes del boom tecnológico. Resulta imposible imaginar qué habría sucedido con Perdidos si las redes sociales hubiesen estado tan extendidas como ahora. Por el contrario y más allá del spoiler, bien es cierto que como comenta María González en Vaya Tele la continua comunicación y expectación contrarresta la capacidad de sorprender que puede tener una ficción, especialmente si ya sabemos que “algo” ha pasado. Así que a la vez que las redes, los blogs y las noticias contribuyen a ensalzar y dar a conocer una producción, también reducen su encanto natural.
Por delante, este mes, además de digerir los cambios en The Good Wife queda otro final que dará que hablar, el de Cómo conocí a vuestra madre. Y volverán los comentarios enfurecidos, las despedidas amargas y las preguntas sin respuesta. Con tanta emoción en tan poco tiempo quizá habría que plantearse si lo próximo que deberían hacer los seriéfilos es crear grupos de apoyo que sirvan para compartir, en más de ciento cuarenta caracteres y viéndose las caras, sus sentimientos sin temer la expresión que provoque su desesperada petición de comprensión.