Aunque no la incluímos en el resumen de actuaciones estelares que el viernes comentamos en “En Serie Te Lo Digo” de La Brújula, con Carlos Alsina y que podéis escuchar arriba, Bloomberg también participó en 2004 en un par de capítulos de la longeva serie policial Ley & Orden. A ésta le siguieron Rockefeller Plaza, Larry David, Gossip Girl y The Good Wife. Pero el septuagenario dirigente no se dejeba ver exclusivamente en producciones de ficción, y también participó en programas como La Ruleta de la Fortuna (2010) Los Muppets en Navidad:Cartas a Santa Claus (2008) o los late nights de Conan O’Brien, Jimmy Fallon o Stephen Colbert entre otros.
Pero su compromiso con la empresa audiovisual, de la que él mismo forma parte con el medio de comunicación que lleva su nombre, va más allá de las apariciones televisivas, tal y como demostró con la proclamación del Gossip Girl Day en Nueva York el pasado 27 de enero de 2012. Porque más allá de la importante promoción turística que una serie de televisión proporciona a una ciudad, y si no que se lo digan a Albuquerque o Baltimore, están los numerosos puestos de trabajo directos e indirectos que una producción crea durante su rodaje. Tal y como el propio alcalde comentó en la rueda de prensa de proclamación del día en honor de la serie, sólo con la serie de CW la ciudad ganó más de 200 millones de dólares y creó más de seis mil puestos de trabajo.
En todos estos años de mandato Bloomberg ha tenido tiempo de ganarse el cariño, y también el odio de ciudadanos y políticos neoyorquinos. Las antipatías de los primeros vinieron dadas por su excesivo interés en regular sus hábitos alimenticios, las de los segundos por marcharse cuatro años más tarde de lo previsto. Y es que en 2008 este empresario incansable decidió cambiar la ley que imponía el límite de dos mandatos de cuatro años para cargos públicos municipales, escudándose en que no era el mejor momento para cambiar de gobierno por culpa de la crisis. Demostrando con ello que no todos los dirigentes reaccionan igual ante un mismo problema. En cualquier caso, a Bloomberg le quedan cincuenta días para pasar a la Historia política de Nueva York. Quién sabe si los fotogénicos De Blasio serán tan televisivos como él.
