Artie Hornbacher, interpretado por el actor Patrick Fischler, aparece repentinamente en el coche de Olivia, tratando de explicarle las actividades ilegales que lleva a cabo el gobierno, interceptando las comunicaciones que realizan sus ciudadanos. La solucionadora, asustada, le exige que abandone el vehículo, pero cambia de opinión cuando, a gritos, Artie le habla de las llamadas que recibe del presidente cada noche. En la siguiente secuencia encontramos al extrabajador de la ANS en la oficina de Olivia, explicándole lo sofisticadas que son ahora las escuchas, que ya no necesitan micrófonos ocultos para poder funcionar. Y así comienza una historia que sin estar basada estrictamente en los hechos reales, si que nos muestra ciertos paralelismos con la realidad. La más importante llega al final del episodio, cuando la directora de la Agencia Nacional de Seguridad y Olivia comentan la peligrosidad que supone tener un arma tan poderosa como Thorngate, que permite espiar las llamadas y los correos electrónicos de cualquier persona, y el hecho de que de caer en las manos erróneas podría poner en peligro a todo un país.
Ante los hechos actuales, en los que más de una treintena de dirigentes mundiales habrían sido espiados por el gobierno norteamericano, resulta paradójica la reacción del presidente Grant, que se muestra sorprendido cuando primero Olivia, y después el jefe de personal de la Casa Blanca Cyrus Beene, le confirman que él también ha sido espiado por la agencia. A pesar de que el último utiliza su misma justificación, que tratan de protegerse de los enemigos del país, el presidente encuentra inútil la disculpa, justificándose en que Olivia no es un enemigo. Es entonces cuando surge las preguntas ¿quién decide quién es un enemigo o no lo es? ¿Qué hace falta para determinar que alguien es un enemigo?
Más recientemente, y según parece podría seguir siendo un elemento de la trama en próximos episodios, el drama de la CBS The Good Wife utilizó las escuchas de la ANS en el segundo episodio de su última temporada. Sin embargo, tal y como repasó The Guardian en éste reportaje, no son las únicas producciones que han hablado del trabajo de la agencia en sus argumentos. Desde la mítica Se ha escrito un crimen, que ya lo hizo a finales de los años noventa, a la película de Los Simpson, pasando por The Newsroom, Numb3rs o Burn Notice, cada vez son más las series que se ocupan de contar el trabajo de la Agencia Nacional de Seguridad, situándola a la altura de las recurrentes CIA o FBI. Todo sea por hacer las tramas más reales y cercanas.