Las series de televisión que han navegado en los entresijos de la política acostumbran a mostrar el complejo trabajo de los gabinetes de prensa, en los que al parecer hace falta mucha mano izquierda y un nivel variable de escrúpulos. Tal y como comenté en “En Serie Te Lo Digo” el pasado viernes en “La Brújula” los asesores de las grandes figuras políticas son capaces de ver más allá de una hoja de un periódico o unas imágenes en la televisión, teniendo que medir las consecuencias de todo lo que se dice o se hace. Tan importante como su trabajo es el de los jefes de prensa, que cada día se ven sometidos al escrutionio de un puñado de periodistas ansiosos por saber más o pillar al compareciente en un renuncio. Una imagen real y creíble de este papel tan importante de la comunicación política es CJ.Cregg, la jefa de prensa de “El Ala Oeste de la Casa Blanca” que tan brillantemente interpreta Allison Janney.
Pero tal y como comentaron Lucía Méndez, Paco Reyero e Ignacio Camacho en la tertulia, los políticos y sus gabinetes no son los únicos que cuidan lo que publican dependiendo de la fecha en el calendario en la que nos encontremos. Puesto que los lectores, o los espectadores, o los oyentes, no son los mismos, ni tienen las mismas necesidades un día de diario que en fin de semana, los editores y directores de los medios de comunicación se ven obligados a variar sus publicaciones o programas teniendo en cuenta el calendario. Sin embargo, y salvo raras excepciones, en el caso de los medios de comunicación no se trata de razones de conveniencia política o de imagen, si no de garantizar un mínimo de lectores o de espectacdores que rentabilicen el producto.
En cualquier caso, para todos aquellos que quieran saber un poco más de las triquiñuelas informativas a las que recurren los gabinetes de comunicación políticos, recomiendo encarecidamente el capítulo de Boss que comentamos el viernes, el quinto de la primera temporada, que en resumen, es un verdadero y cruel curso de manipulación informativa.