Rudisha, que firmó un tiempo de 1:40:91, no encontró rival sobre la pista de Londres. El keniata puso el listón muy alto y obligó a que el segundo y tercer clasificado también batieran sus propios récords para completar el podio. La medalla de plata fue para el botsuano Nijel Amos, que cruzó la meta como un rayo para alcanzar el récord nacional (1:41:73). El también keniata Timothy Kitum se colgó la medalla de bronce con su mejor marca personal (1:42:53).
El de Rudisha, de 23 años, es el primer récord mundial que se consigue en la pista de atletismo de Londres. Además, el keniata, que ha seguido los pasos de su padre Daniel, medallista de plata en el relevo 4x400 en México '68, es el primer campeón olímpico de su tribu Masai.
El keniano David Rudisha, absolutamente imperial en una demostración que se recordará por mucho tiempo, batió el récord ante la atenta mirada de Sebastian Coe, explusmarquista universal de los 800 metros y presidente del Comité Organizador (LOCOG).
Rudisha rebajó su propio tope universal hasta los 1:40.91, una décima menos (1:41.01) que la marca que tenía desde el 29 de agosto del 2010, conseguida en Rieti (Italia).
Coe asistió desde la zona de autoridades como el resto del abarrotado estadio Olímpico a la exhibición sin parangón de este atleta keniano e incluso bromeó, feliz por el espectáculo que acababa de presenciar, con el presidente de la IAAF, el senegalés Lamine Diack, quien le dio la mano al concluir la carrera.
Sebastian Coe fue uno de los mejores mediofondistas de la historia. Fue campeón olímpico de 1.500 metros en Moscú'80 y Los Ángeles'84 y subcampeón en 800 en ambas citas.
En 1979 Sebastian Coe se convirtió en el mejor mediofondista del mundo y llegó a ser en el primero que llegó a tener los récords mundiales de 800, 1.500 y milla. Su récord mundial de 800 de 1:41.73 establecido en 1981 permaneció en lo más alto de la tabla universal dieciséis años, hasta que le superó en 1997 el danés de origen keniano Wilson Kipketer, el predecesor de Rudisha.
