Descubrí a Daniel Juncadella en 2008 en Montmeló cuando con 16 años daba sus primeros pasos en la Fórmula BMW. Desde aquel fin de semana he seguido siempre su carrera conespecial atención porque sentí que aquel piloto tenía algo especial.
Por aquel entonces había entrado en el programa de jóvenes pilotos de Red Bull siguiendo la estela de Vettel, Alguersuari,Buemi,… Aquella aventura duró dos años para Daniel porque el Doctor Marko decidió que su subcampeonato en la BMW no había sido suficiente, excusa barata como ha demostrado el paso del tiempo.
Pero Daniel nunca levantó la voz, al revés agradeció esa etapa y continúo su caminar silencioso sin grandes alharacas pero con pasos cortos y firmes.
Nunca le han gustado los focos fuera de la pista, por eso siempre ha hablado dentro. Su primer grito al mundo trasla decisión de Red Bull fue en 2010, en Paul Ricard. Era su estreno en la F3 Euroseries y como si fuera un mago se sacó de la chistera una gran vuelta que le sirvió para conseguir una pole que dejó boquiabierto a todo el mundo, y es que nadie lo había hecho antes y nadie lo ha hecho después.
A partir de ahí Daniel supo esperar su momento. Sin ofuscarse por los malos momentos, fue creciendo despacio y con un valor fundamental: la autocrítica.
Tras un 2010 de primaria, 2011 fue para él el MBA que necesitaba para dar el gran salto. Tener como compañero de equipo a un piloto del nivel y del hambre de triunfos de Roberto Merhi le hizo crecer hasta el punto que el proyecto de final de curso lo cerró con matrícula de honor ganando en el templo de la F3, Macao, un lugar donde solo triunfan los elegidos.
La victoria de Macao fue como una liberación para un piloto que siempre se había quedado a un paso de la puerta grande. Esos astros que en ocasiones no le habían acompañado empezaron a ponerse de su parte, lo que junto al respeto de sus rivales y a su propio convencimiento le han llevado a conseguir algo que nadie había logrado antes… ganar de una tacada, Macao, Masters de Zandvoort, F3 Euroseries y FIA –F3…
Su camino ha sido con poco ruido pero con muchas nueces,sin pretender subir las escaleras de dos en dos. Su primer gran regalo será subirse al Ferrari de Fernando Alonso,después disfrutará de Macao desde su posición de poseedor de la corona y luego se verá. Mercedes tiene la primera palabra, pero digan lo que digan Daniel seguirá su camino y lo hará siempre con unos valores de respeto y humildad que hacen falta en nuestro deporte….
