Como sucede en las grandes contiendas, las recreaciones que se han hecho sobre la Guerra de Irak son muy diversas, tanto en el cine como en la televisión. A la recientemente estrenada Invasor de factura nacional, se unen las populares Tres Reyes o En El Valle de Elah, la premiada En Tierra Hostil o las menos conocidas Walking Tall o Home of The Brave. En la pequeña pantalla la más reseñable es sin duda Generation Kill, que bajo mi punto de vista es superior a sus hermanas cinematográficas. Sus diálogos, sus escenas de acción, sus silencios y sus interpretaciones hacen de la miniserie dirigida por David Simon uno de los mejores productos audiovisuales sobre esta contienda que costó la vida a más de cuatro mil soldados estadounidenses y 120.000 civiles iraquíes.
Desde el comienzo, el espectador descubre que no se trata de llegar a un final, puesto que todos conocemos el tardío desenlace de la invasión americana, sino que la historia escrita por Ewan Wright trata de dibujar con detenimiento y brillantez un camino lleno de obstáculos en el que los personajes que lo recorren tratan de sobrevivir sin dejar de ser ellos mismos ni rendirse ante la cruda realidad. Una realidad de la que ellos mismos tienen su parte de culpa, un hecho que se esconde en el patriótico deber de cumplir órdenes. En definitiva, como comentamos en el último “En Serie Te Lo Digo” de La Brújula, una miniserie brillante y necesaria en la que Simon, una vez más, demuestra su capacidad para llevar a la pantalla la realidad, sin florituras, ni azúcar.