Nos guardamos debajo del colchón, en el azulejo, quien sabe, en el refajo, un total de 3.400 millones la economía sumergida en Castellón. El 27% de nuestra economía no se tributa. ¿Qué esperamos cuando nuestra provincia registra una elevadísima de paro y aquí las protestas ciudadanas brillan por su ausencia?
Somos un país de economía sumergida en todos los ámbitos, en la hostelería, en el comercio, en el campo, en su casa y en la mía, cuando pedimos que no nos cobren algo tan doloroso como el IVA, o empleamos a alguien para la limpieza del hogar y no le damos de alta en la seguridad social, estamos poniendo nuestro propio granito de arena. Entre el 2008 y el 2012, la cuantía que escapa al fisco ha aumentado en 770 millones de euros en la provincia. Hasta 3.416 millones de euros escaparon del control de hacienda en Castellón durante el 2012, son datos difundidos ayer por el Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha).
A todo esto hay que sumar una escasa red de inspectores y un sentimiento colectivo de que quien gestiona el dinero público lo hace mal y alegremente. Cierto es que tenemos todavía en España la sensación que defraudar es positivo porque a los políticos que tocan la caja de lo común no se les castiga debidamente, ni se les obliga a devolver lo robado. Pero además muchos pequeños empresarios, a los que el negocio les podría ir más o menos bien, ven mermada su capacidad de crecer por una elevada tasa impositiva, lo que en muchos casos, se ven obligados a defraudar.Que somos un país de economía sumergida, es a todas luces evidente. Las cifras del Gestha no nos han descubierto las Américas, pero sí han constatado, lo que en la memoria colectiva, ya todos sabíamos.