La cuestión es que el miércoles pasado fallecía un joven de Castellón, de 27 años, al chocar su vehículo contra un camión, a su paso por el municipio de Les Alqueries. Ayer jueves, a menos de un kilómetro donde se producía este accidente, tenía lugar otro siniestro mortal en torno a las 12 menos cuarto de la noche, donde perdía la vida un hombre de 35 años.
Los datos demuestran que la histórica reivindicación de los alcaldes de la comarca, y del resto de municipios de la provincia que tocan este vial paralelo a la costa, no es caprichosa. Nuestra nacional precisa de un urgente desdoblamiento, y por lo menos, mientras se aborden la obras, necesita medidas disuasorias para descongestionar el tráfico de este vial como bien podría ser la liberalización el peaje de la AP-7 en el tramo entre Vinaroz y Alquerías. El ministerio de Fomento hace oídos sordos a una necesidad imperiosa, la de la seguridad, la de la vida de las personas.
La alcaldesa de Alqueríes, Consuelo Sanz, ha remitido una carta al ministerio de Fomento para que se ponga las pilas en una infraestructura de máxima urgencia para la provincia. Alqueríes junto con Benicarló y Torreblanca sufren todavía el paso de esta nacional por sus núcleos urbanos, circunstancia más propia de los viales del siglo pasado que del presente XXI.
La reivindicación es histórica, más de una década en la que la provincia de Castellón pide que su nacional 340 se desdoble, al menos en 2 carriles para cada sentido de la circulación, para evitar la mayoría de accidentes que se producen por choques frontales en zonas donde la visibilidad es confusa para los adelantamientos. Lo de Castellón con la N-340 es sangrante, si queremos seguridad, nos la tenemos que pagar, a diferencia de lo que pasa en el momento que pisas Sagunto hacia el sur, o Tarragona hacia el norte. Castellón es la hermana pobre de la inversión en carreteras del Estado, cuantos muertos tenemos que llorar para que en Madrid nos hagan caso?