Fabra se ha mostrado animado y agradecido por los más de 700 menajes apoyo y ha reiterado que tiene la conciencia bien tranquila. Hoy hemos vuelto a ver al Carlos Fabra de siempre, enérgico y sin abatimiento, incluso ha bromeado con algunos titulares de prensa que rezaban “la cárcel espera a Fabra”, a lo que ha dicho que “si le espera o no la cárcel se tendrá que ver y a un plazo muy largo plazo de tiempo”.
El expresidente del PP y de la Diputación Provincial solicitaba ayer la baja como militante de un partido cuyas siglas la defendido durante 22 años en la Diputación Provincial de Castellón, no obstante lo hemos visto totalmente apartado de su partido en estos dos últimos años. Eso sí, Fabra, seguirá de momento, como secretario en la Cámara de Comercio de Castellón y presentará un recurso ante el Tribunal Supremo que paraliza su ingreso en prisión, hasta no conocer la sentencia en firme y ha dejado caer que tiene posibilidades de ganar.
Un caso que, como muchos otros, se dilata a lo largo de una década y que hasta 8 jueces se han querido quitar de las manos, por sus hasta 20.000 folios de instrucción, que al final ha abordado a partir de 2009 el juez Jacobo Pin. Pero el de Carlos Fabra no es el único caso que se dilata en el tiempo, lo que pasa es que aquí ha concurrido la notoriedad del imputado. Poco se ha dicho del cambio de declaración de Vicente Vilar, quien promovió las primeras demandas que acusaban a Carlos Fabra de los delitos de prevaricación y cohecho, de los que la sentencia le ha exculpado. Carlos Fabra ha sido condenado a 4 años de cárcel por 4 delitos contra la Hacienda Pública y a una multa de 693 mil euros. Su mujer, María Amparo Fernández, ha sido condenada a 2 años de prisión por dos delitos contra la Hacienda Pública y a abonar una multa de 274 mil euros.
Carlos Fabra asegura que recurrirá en casación ante el Supremo y que llegará donde haga falta, si es necesario ante el Constitucional. Hoy hemos vuelto a ver al Carlos Fabra de siempre, sin temblores de voz, sin un “pelo en la lengua”
