No todos han abierto; algunos se han quedado por el camino y otros, como en el caso de la hostelería de pequeño formato, tipo Calle Laurel, porque consideran que con un tercio del aforo, sin poder servir en barra y sin terraza, las cuentas no salen.
Entre los que han abierto, en general hay muchas ganas de retomar la normalidad perdida aunque reconocen que tienen el ánimo un poco tocado. Hay gran preocupación por el boquete que está dejando la pandemia en los negocios y la sensación de que el comercio on-line o la comida para llevar no es la solución a nuestro comercio de proximidad, pero con la esperanza (qué remedio…) de tirar "palante."