Los hechos sucedieron en el antiguo Hospital San Millán, de Logroño, en el año 2002. Ambas nacieron el mismo día y pasaron por la incubadora antes de ser entregadas a sus madres.
Un grave "error humano" hizo que fueran intercambiadas entre ambas familias hasta el día de hoy.
Una de ellas inició un procedimiento de filiación ante los juzgados al conocer, por una prueba de paternidad en el marco de un litigio de cantidades, que su padre no era el biológico en un proceso que aún no ha finalizado ya que está pendiente la prueba de ADN del padre de la otra familia para determinar su paternidad real.
El abogado de una de las chicas, José Sáez Morga, afirma que ambas no se conocen pero que han llegado a vivir, en Logroño, a 500 metros de distancia, y destaca la colaboración de ambas familias en el procedimiento en curso.
Se pide una indemnización de 3 millones de euros por lo que se considera un "error inmensurable que ha causado un daño de por vida e irreparable".
Salud afirma que no es posible determinar la responsabilidad personal de los autores y que hoy no sería posible un error de estas características.