El informe forense indica que la niña murió el martes por una hemorragia cerebral, día y medio después de sufrir el doble impacto contra el cristal de la ventana y contra el suelo de la calle, según publica hoy el diario El Correo.
El fiscal jefe de Álava, Josu Izaguirre, ha explicado a Efe que ahora se ha emitido el informe preliminar de la autopsia, que se completará con otros análisis toxicológicos hasta que se elabore el informe definitivo, por lo que ha pedido prudencia hasta que avance la investigación, dado que el caso sigue bajo secreto de sumario.
Será determinante lo que declare la madre de la pequeña, Gabriela, una brasileña de 18 años que al parecer había iniciado una relación con el presunto asesino, que ingresó el miércoles en la cárcel alavesa de Zaballa.
El hecho de que el Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria se haya inhibido en favor del Juzgado de Violencia de Género de la capital alavesa, que es el que lleva ahora el caso, significa que sí existía una relación entre el presunto asesino y la madre de la niña.
Fuentes judiciales y de la investigación han señalado que en el atestado policial no consta una denuncia por tocamientos sexuales a la bebé, aunque aseguran que el hombre encarcelado confesó a la Ertzaintza cuando fue detenido que había abusado sexualmente de la pequeña.
Sin embargo, según estas fuentes, la madre de la bebé, que sigue ingresada en el Hospital vizcaíno de Cruces, en ningún momento ha dicho que presenciara abusos sexuales sobre su hija ni que una situación de ese tipo desencadenara los hechos.
Hay que tener en cuenta la situación en que se encontraba entonces la joven Gabriela, malherida, con traumatismos y cortes producidos durante la pelea con Daniel M.G., en un momento en el que su hija había sido lanzada por la ventana y se desangraba en la calle, han subrayado las mismas fuentes.
Por lo tanto parece claro que las acusaciones imputarán al acusado dos delitos de asesinato, uno consumado y otro en grado de tentativa por el presunto intento de acabar también con la vida de la madre, pero esperarán a los resultados forenses y a la declaración de la madre para decidir si hubo o no abusos sexuales, es decir tocamientos a la menor.
Con la reciente reforma del Código Penal la pena establecida para los delitos de asesinato es la prisión permanente revisable, es decir que el detenido tendría que pasar entre 25 y 35 años en la cárcel antes de que se revise su condena.
Según las mismas fuentes de la investigación, "no está del todo claro" el procedimiento que seguirá el proceso judicial, si el presunto autor del crimen será juzgado por un jurado o por un tribunal profesional.
El abogado de la Asociación Clara Campoamor, José Miguel Fernández, que ejerce la acusación popular en este caso, ha precisado a Efe que si al acusado no se le imputa finalmente un delito de abusos sexuales podría ser juzgado por un jurado popular.
Aunque la familia de la niña no se ha personado aún en el caso, "lo normal" es que lo haga, han indicado fuentes judiciales.
Dado que parece muy difícil que las pruebas forenses determinen si hubo o no tocamientos a la pequeña, todo dependerá de lo que declare Gabriela, la madre de la niña, cuando se recupere.
La familia del acusado, por su parte, ha acudido desde Sevilla a la capital alavesa y ya se ha entrevistado con un letrado que podría sustituir a la abogada de oficio que le ha asistido hasta ahora.
Este mediodía se oficia el funeral por la pequeña en el pueblo burgalés de Hontoria del Pinar, donde viven algunos de sus familiares, acto religioso al que ha acudido el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran.