El estudio "Discriminación y diversidad en la CAE: perspectivas, ámbitos y colectivos" refleja que la sociedad vasca se muestra más abierta a la diversidad, aunque todavía “queda trabajo por hacer” principalmente con colectivos como la comunidad gitana o la población de origen extranjero. En una escala de uno a cien, los vascos obtenemos 72,7 puntos en el concepto de apertura de diversidad social. El estudio destapa que “el 24,4% de la población vasca declara haber sido discriminada en algún momento de su vida”. Este porcentaje es superior en el caso de las mujeres –un 28,9% se ha sentido discriminada– y menor entre los hombres –19,6%–. Los motivos más mencionados son los relacionados con ser mujer, el origen o la edad.
Discriminación residencial
La población gitana y los inmigrantes son los que más sufren la llamada discriminación residencial, la dificultad de acceder a una vivienda de alquiler que también afecta a los jóvenes. El 82,2% de la población vasca opina que no existen las mismas oportunidades a la hora de acceder a una vivienda en alquiler. En el apartado del mercado laboral la discriminación se centra principalmente en las mujeres. Así, el 78,1% de la población vasca es consciente de que no todas las personas tienen las mismas oportunidades a la hora de acceder a un puesto de trabajo. El 77,6% también percibe desigualdad de trato en el acceso a un puesto de responsabilidad. Esta desigualdad se percibe en mayor medida en el caso de las mujeres y de las personas extranjeras y gitanas.