Tras un par de años cerrado, esta peculiar obra de arte en plena naturaleza reabre al público para el disfrute de todos los visitantes. Un espacio más sostenible y más completo que abarca aproximadamente 2.8 kilómetros.
Para su visita será necesario pedir cita previa mediante su página web. Además, se ofrecerán recorridos guiados los sábados - a las 11:00 en castellano y a las 12:00 en euskera - con un precio de 10€ y una duración de una hora.
Un proyecto testimonio del compromiso de la Diputación Foral de Bizkaia con la preservación de la naturaleza.
Obra de Agustín Ibarrola
Fue en el año 1982 cuando el artista Agustín Ibarrola comenzó a pintar los pinos que estaban cerca de su caserío para utilizar este paisaje a modo de lienzo para su expresión artística. Mas de 40 años han pasado desde ese momento y a día hoy, ese bosque es conocido por todos los vizcaínos e incluso por los visitantes que se acercan a disfrutar de sus pinturas.
El propio hijo de Agustín Ibarrola, Jose Ibarrola, ha asegurado que ha estado muy presente durante todo el proceso de migración. Mantiene que su padre estaría muy orgulloso del trabajo realizado.
Una labor que ha sido realizada por un equipo liderado por el profesor de la UPV-EHU, Fernando Bazeta. Artistas plásticos, expertos forestales o especialistas en arte contemporáneo han formado parte de esta restauración.