Esas asociaciones han presentado su primer informe sobre la Unidad de Identidad de Género (UIG) del Hospital Cruces, donde las listas de espera son "eternas" y se da "escasa información sobre las cirugías" a las que estas personas pueden someterse. Las operaciones con mayor demora -"más de 5 años"- son la vaginoplastia (reconstrucción de la vagina) y la mamoplastia (modificación de las mamas), mientras que para una mastecmomía (extirpación del tejido mamario) hay que espera algo más de dos años, aunque en este caso la demora es "muy variable" sin que se sepa por qué.
La única operación con cifras "positivas" es la orquiectomía (extirpación de los testículos) que suele practicarse en "pocos meses", según el estudio, que ha sido elaborado con testimonios de 42 personas usuarias de la Unidad de Identidad de Género.
"La lista de espera genera gran preocupación entre las personas usuarias, no solo por su duración, sino especialmente por la falta de información sobre fechas o estimaciones. Muchas personas destacan esta ausencia de información como un factor negativo que impacta directamente en su salud mental", alerta el informe. Un tercio de las personas entrevistadas aseguran haber "sufrido obstaculizaciones o violencias" en el acceso a los servicios de la UIG "relacionadas con el peso, desde una perspectiva gordófoba" y también con que Osakidetza dificulta estos tratamientos a personas no binarias, según denuncian estas asociaciones.
El estudio también denuncia que "se sigue patologizando a las personas trans" ya que se "obliga a todas las personas a pasar por psiquiatría" donde hay usuarios que han sufrido "tratos humillantes en la consulta". "La UIG debe corregir estas cuestiones y enmendarlas, tratando con respeto y dignidad a las personas trans", han reclamado Anitzak, Loratuz Lotu y LumagorriHat, que han pedido a Osakidetza participar en las cuestiones que les afecten como por ejemplo la redacción de la guía de atención a personas trans.