El objetivo de estos trabajos es implantar un tercer carril (tercer hilo) en el tramo Astigarraga-Irun que permita compartir la infraestructura a los trenes de ancho internacional con los de ancho ibérico, sin necesidad de crear un trazado específico para cada uno de ellos y dar así continuidad al Tren de Alta Velocidad. Desde el inicio, los usuarios acusaron "una reducción drástica de trenes", hasta tal punto que "nos dejaron sin la mitad del servicio entre Irun y Errenteria", relata Bayo. En un principio lo asumieron como un perjuicio poco menos que inevitable ante un proyecto ferroviario que exigía actuar sobre toda la infraestructura existente. Además de los trabajos en vía, había que adaptar túneles, puentes metálicos, pasos elevados, estaciones y apeaderos al ancho mixto.