Charlamos hoy en Más de uno Pamplona con el periodista y escritor Daniel Ramírez García-Mina y con Santiago Iribarren, hijo del escritor navarro Manuel Iribarren, Premio Nacional de Literatura de 1965. Gracias a su esfuerzo, su novela inédita, "El miedo al mañana" acaba de ser publicada, después de más de 50 años guardada en una caja, junto a otros papeles, otras carpetas, otros escritos suyos. La novela ha sido editada tal y como se puede leer en el original, escrito a finales de los años sesenta, con el lenguaje de la época y las normas de la RAE de entonces.
A Manuel Iribarren, miembro destacado de la Generación del 36, la guerra civil le truncó la carrera. Cuando su literatura empezaba a despuntar con paso firme de su Navarra natal y a conocerse en Madrid, llegó la contienda. Nacido en 1902 y fallecido en 1973, de él dijeron Jacinto Benavente y Gregorio Marañón que el conjunto de su producción, publicada en la colección Austral era “una obra maestra en su género”.
Iribarren escribía a lápiz primero, luego con tinta y finalmente a máquina. Ocho horas todos los días. “A veces salían tres cuartillas y a veces veinticuatro”, contó en una entrevista. De él decían que era “un francotirador de las letras” que guardaba sus originales, las anotaciones de la censura y las reseñas que aparecían de sus obras en la Prensa.
Escritor que tocó todos los géneros, destacó en la narrativa y contó con la admiración de Miguel Delibes, Gonzalo Ballester o Luis Rosales. Publicó con las editoriales más importantes y estrenó como dramaturgo en el Teatro Español. Discípulo del propio Benavente y de Pío Baroja, participó en sus tertulias, donde compartía los libros que publicaba. Versátil y autodidacta, obtuvo relevantes galardones de poesía, novela y relato corto, entre los que destaca el Nacional de Literatura, en 1965. Las mejores novelas de Iribarren son aquellas que llegaron antes de la guerra y cuando agonizaba el franquismo: Retorno (1932), Las paredes ven (1970) y El miedo al mañana, que ahora se publica.