Iñaki Artola es un hombre feliz. Siempre lleva la sonrisa puesta y transmite optimismo, pero esta semana su felicidad se ha multiplicado exponencialmente. Primero, y lo más importante, porque ha sido padre por primera vez, y después, porque ha conseguido clasificarse de nuevo para jugar la final del Campeonato Manomanista de pelota a mano, el más importante del calendario. Ganó la semifinal a Larrazabal el domingo después de que su hija naciera el viernes. "De sábado a domingo ya pude descansar y llegué bien al partido, sin mochila", revela.
Ahora tiene una ocasión de revancha con la pelota después de que una inoportuna lesión le impidiera jugar la final del manomanista de 2021 que se había ganado con su trabajo en la cancha. El rival era, precisamente, Jokin Altuna. La gran pregunta, la del millón, es saber qué hay que hacer en el frontón para ganar a Altuna. Pero Artola lleva tiempo que va a los partidos con una táctica preparada pero a la vez, a verlas venir. "Cada vez voy más abierto a los partidos. Voy viendo cómo está el rival y decido. Con Jokin además sabes que no va a fallar. Va a ser un partido duro y si quiero ganar tendré que jugar mucho".
A Artola le apetece jugar la final en el Bizkaia. "He jugado este torneo en los templos de la pelota, Labrit, Astelena y Ogueta, y si quiero dejar mi pequeña huella en el mundo de la pelota tengo que hacerlo en los grandes frontones. Además me hace ilusión porque la final que no jugué era en Bilbao también".
Ahora le queda preparar bien el partido... y tratar de compaginarlo con el descanso que a veces falta cuando se es padre primerizo.