Por mucho que se viera venir desde hace unas jornadas, César Monasterio, entrenador del Subiza (Osasuna C) no está pasando buenos días. Su equipo ha competido hasta donde le ha dado, pero el nivel no ha sido suficiente para mantener la categoría. Este fin de semana, sin ir más lejos, les sentenciaba la derrota contra el primer filial del Alavés, el B, que tiene su equipo en la misma categoría que hasta ahora estaba el segundo filial rojillo. "Se veía venir pero duele. Estos últimos días no están siendo fáciles", asevera César.
Otros equipos se dedican a competir y lograr los mejores resultados posibles, pero el Subiza debe compaginar eso con formar jugadores para Osasuna Promesas y para el primer equipo rojillo. "Eso es la cuadratura del triángulo. Intentar competir y a la vez formar y que los chicos progresen. Hasta ahora lo habíamos conseguido en las 8 temporadas que llevo en Osasuna. Los resultados habían acompañado además de la formación, pero cuando el hito es mayor hay veces que tenemos que relativizar y darnos cuenta de dónde estamos, la categoría y estructura que tenemos, que este año ha sido increíble, y ver que a veces no nos da. Este año ha pasado eso. Hemos competido en una categoría que nos ha puesto límites que en Tercera División no existían y nos marca el nivel que tienen los chicos para su progresión, y eso también es importante".
A pesar del descenso hay enseñanzas positivas: "Hemos madurado y crecido, y hay jugadores que nos hemos dado cuenta de que tienen nivel para más cosas y otros que la categoría nos ha puesto en el lugar y teníamos unas expectativas que no se cumplen, y eso es algo natural. Todos pueden hacer carrera pero unos la harán de Primera División, otros de Segunda, otros de Primera RFEF y otros igual se han dado cuenta de que pueden ser entrenadores. Hemos ubicado las expectativas de los jugadores y del entorno".