Los científicos desaconsejan poner redes antimedusas en el Mar Menor, mientras los ayuntamientos de Cartagena, San Javier y San Pedro (todos gobernados por el PP) piden redes para proteger las zonas de baño. El ayuntamiento de Los Alcázares ha optado por seguir las recomendaciones de los científicos y su alcalde, Mario Pérez, no ha pedido a la CARM la instalación de redes antimedusa.
La Consejería de Medio Ambiente ha dicho que se adoptará la decisión más óptima cuando los municipios lo reclamen oficialmente.
Las mallas dificultan la circulación del agua, son una trampa mortal y generan materia orgánica según los expertos.
Ángel Pérez Ruzafa advierte de que "se debe considerar que estas mallas producen mortalidad en ciertas especies que quedan retenidas en ellas, se tapizarían con las ovas de rápido crecimiento imponiendo restricciones a las corrientes del Mar Menor y la acumulación de materia orgánica, seguida de una degradación de la misma, implicaría enfangamiento de las playas, malos olores y un consumo del oxígeno disuelto de forma local"
Por tanto, la instalación de redes “antimedusa”, en general, "resulta contraproducente y debe considerarse con extrema precaución, siendo, en general, desaconsejable" dice Pérez Ruzafa.
Las actuaciones realizadas hasta la fecha, en el Mar Menor, para evitar la interferencia de las proliferaciones masivas de medusas con el turismo y la pesca, han incluido la retirada masiva de individuos y la instalación de redes en las zonas de baño. Pérez Ruzafa dice la retirada directa de individuos no resulta eficaz debido a las altas densidades que puede alcanzar esta especie y a su fertilidad. Esta medida fue suspendida en el año 2014 y se desaconseja retomarla por su potencial efecto sobre especies sensibles como los caballitos de mar.
Los científicos apuestan por desarrollar una campaña de concienciación incidiendo en el papel ecológico de las especies de medusas del Mar Menor y en las posibles medidas de prevención. "En este contexto, y teniendo en cuenta la alarma social que generan estos afloramientos de medusas, es importante evitar los mensajes alarmistas y desarrollar, más bien, una campaña de concienciación incidiendo en el papel ecológico de las especies de medusas del Mar Menor y en las posibles medidas de prevención" dice Pérez Ruzafa.
El último verano que se instalaron redes antimedusas fue en 2021. Se colocaron a lo largo de 43 kilómetros de zonas de baño para proteger 60 playas del Mar Menor. El coste ascendió a 1,1 millones de euros. Por otra parte, la recogida masiva de medusas mediante barcos no se hace desde 2014.
"Las poblaciones de medusas se han considerado tradicionalmente como una molestia para los las personas obviando el papel que juegan en el mantenimiento de la calidad de las aguas en los procesos de eutrofización como el sufrido por el Mar Menor" afirma Pérez Ruzafa.
"En el caso del Mar Menor, las medusas realizan un importante papel ecosistémico de control de la red trófica; destacando la depredación sobre fitoplancton por parte de C. tuberculata y R. pulmo. A esto se debe sumar que C. tuberculata posee zooxantelas simbiontes, capaces de realizar la fotosíntesis y, por tanto, de competir a este nivel por la disponibilidad de nutrientes con el fitoplancton. Además, se debe tener en cuenta en el manejo de estas especies que todas las crisis distróficas ocurridas en el Mar Menor han ocurrido bajo las condiciones de ausencia de medusas y alta temperatura del agua cuando se produce una descarga masiva de nutrientes" subraya Pérez Ruzafa.
