No Mires Hacia Atrás 11/04/19

Vol. nº 196 "Karaoke"

Hoy en nuestra sección musical, No Mires Hacia Atrás queremos subir el volumen y cantar algunas de esas canciones típicas de karaoke. ¿Te atreves? Nos vamos a desmelenar, quitarnos complejos y dejarnos llevar con la magia de este invento que ha servido para dar voz a los artistas y vocalistas frustrados.

¡¡¡A cantar!!! Todos con Tatiana Tereshkova y Julián Vigara en este nuevo volumen dedicado al “karaoke”, en esta ocasión Miguel Tébar ha preferido mantenerse al margen.

Julián Vigara

Murcia | 11.04.2019 14:24 (Publicado 11.04.2019 06:00)

Imagino que nuestros oyentes recordarán que hace unos días fui a la presentación del nuevo disco de La Casa Azul a Madrid. Pues, al terminar el concierto, la banda, los técnicos y unos cuantos incondicionales acabamos en un antro/karaoke en el que vimos amanecer. Y no era la primera vez que sucedía algo así. Está claro que ellos lo hacen bastante bien, de hecho es su profesión, o casi, pero todos sabemos que en un karaoke eso no suele ser lo habitual. En el mundo hay demasiada gente que cree que sabe cantar, y que incluso se presentan a castings de karaokes profesionalizados, como el de La Voz, cuya final fue anoche mismo. Esas sesiones en las que se entremezclan lo sublime y lo terrenal, el virtuosismo y las ganas de arrancarse los oídos, la admiración y el odio, me animaron a hacer un programa dedicado al Karaoke.

Ya sabemos que el karaoke nació en Japón y que en los noventa tuvo muchísimo éxito en Europa. El primero en presentar el aparatito fue un músico y empresario llamado Daisuke Inoue, cuyo invento fue reconocido con un Ig Nobel Prize –una parodia de los Premios Nobel– que le fue entregado en 2004 en la Universidad de Harvard por: "Inventar el karaoke, proporcionando así una forma completamente nueva para que las personas aprendan a tolerarse". Él tuvo a bien agradecer el reconocimiento cantando este conocido jingle de un anuncio de refrescos; I'd Like to Teach the World to Sing, Me gustaría enseñar al mundo a cantar.

Texto: Tatiana Tereshkova