No mires hacia atrás

Vol. 395 'Meditación'

El periodista musical, Miguel Tébar hace una selección de canciones, en esta ocasión dedicadas a la ‘meditación’, con la colaboración de la profesora de yoga, Carmen Abrisqueta

Julián Vigara

Murcia |

Meditación: Las ocho ramas del Ashtanga yoga, mural en la escuela Santosha por Ana Mesa del Castillo

Hace exactamente una década dediqué nuestro NMHA al yoga. Con motivo nuevamente de su día internacional, bajo el lema "Yoga: un planeta, una salud», he invitado a mi actual profesora yoguini: Carmen Abrisqueta Carrión.

Como dice la investigadora neurocientífica Nazareth Castellanos «es más difícil definir la meditación que practicarla» y estoy de acuerdo en lo que nos referimos en occidente como mindfullness o atención plena. En ese caso, prestamos atención al momento presente sin juzgarlo. En su libro, El espejo del cerebro, sería como una vuelta a casa que nos invita a saber estar con nosotros mismos. En la filosofía del yoga, alcanzar un estado meditativo es algo más complejo.

La meditación, según el sabio Patañjali, es el séptimo paso de los ocho aspectos del sistema ético y filosófico del Asthanga yoga, pero antes se han que dar los otros seis pasos para que surja de manera espontánea. Previamente debemos conseguir ser moralmente cívicos (yamas), después intentar perfeccionarnos a nivel mental, físico y espiritual a través de unas prácticas determinadas (niyamas). Además, con la práctica de posturas (asanas) conseguiremos la flexibilidad y estabilidad necesaria para estar cómodos en estado de quietud y poder controlar el flujo de la respiración (pranayama). Seguidamente se podrá retirar de forma consciente toda la información sensorial proveniente del entorno externo e interno (prathyahara) y lograr que toda la atención se concentre en un punto (dharana) durante un largo periodo de tiempo. Cuando esto sucede, nuestra mente deja de fluctuar a través de los pensamientos, y es ahí cuando surge la meditación (dhyana), el tiempo psicológico y cronológico se detienen y la mente observa su propio comportamiento libre de todo juicio. Resultando, entonces, un estado alterado de conciencia, al que muy pocas personas pueden acceder.

Para mí, meditar es la mejor medicina. Cuando conseguimos ser constantes meditando, el cuerpo físico va volviendo a la homeostasis, sintiendo un mayor dominio sobre las emociones ya que la meditación ayuda a soltar el control. Si tomamos conciencia del poco poder que tenemos sobre lo cotidiano y lo aceptamos, resultará más sencillo y conseguiremos fluir con las aventuras que nos depara la vida diaria.

Texto: Miguel Tébar, periodista musical.