Por nuestra historia compartida, por la cooperación mutua, por la lengua, y por mil razones más, España y los españoles hemos estado especialmente cerca de Argentina, el país hispanohablante más extenso del planeta.
El nombre de Argentina viene del latín ‘argentum´, ‘plata’, y debe esta designación a la época del Imperio español, pues era esa zona que se extendía desde el Río de la Plata hacia el noroeste.
Con una riqueza y diversidad geográfica y medioambiental fascinante, después de décadas de expolio por parte de sus dirigentes, Argentina se ha visto sumida en una profunda corrupción política institucionalizada que ha llevado a unas cifras dramáticas de inflación y a la consecuente pauperización de gran parte de sus habitantes.
Asistimos actualmente a una revolución política inédita, encabezada por el primer liberal libertario que llega a la presidencia de un país, Javier Milei, que sin embargo exhibe ciertas formas populistas muy propias de hispanoamérica que aquí nos resultan, digamos, curiosas. Como diría mi yo de la infancia: “a ver qué pasa”. Esperemos que pronto vuelva a brillar ese “Sol de mayo” que ondea en su bandera.
Texto: Tatiana Tereshkova