Hace 15 días un enigmático e incomparable cantante me inspiró hablar hoy del Apocalipsis, justamente dos meses después de pincharos mi sesión en solitario dedicada al Algoritmo.
Vuelvo a encontrarme a solas dirigiendo esta nave llamada NMHA e intentando entretener a la par que descubriros algunas sonoridades, artistas y sus canciones relativas a temas tan cotidianos como los que solemos seleccionar.
Y como uno no termina de saber de casi nada, recurriré a lo ya escrito para introducirnos:
«El Apocalipsis es considerado uno de los libros más controvertidos y difíciles de la Biblia, por la variedad de posibles interpretaciones en los significados de nombres, eventos y símbolos que se narran. La admisión de este texto en el canon bíblico del Nuevo Testamento no fue nada fácil, la polémica entre los Padres de la Iglesia respecto a la canonicidad del Apocalipsis duró varios siglos... La lectura del mismo se puede hacer en varios planos (literal, simbólico, por su género literario, con el contexto histórico en que fue escrito, por el mensaje de fondo del que habla, etc...). Según el francés Abate Prévost es necesario comprender todos estos niveles para entender el libro del Apocalipsis y para evitar interpretarlo solamente desde la perspectiva de actitudes de los movimientos apocalípticos que se centran únicamente en el terror que causaría un supuesto fin del mundo. El autor se identifica a sí mismo como Juan 'el Apokaleta', en condición de desterrado en la isla de Patmos por dar testimonio de Jesús, se le suele confundir con San Juan 'el Evangelista'».
Y como escribió un inspirado, excesivo y mejicanizado Sabina «Que el fin del mundo te pille bailando», carpe diem!
Texto: Miguel Tébar, periodista musical
