La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales, en su Decálogo por la visibilidad bisexual, define la bisexualidad como orientación de quienes sienten atracción sexual, emocional y/o romántica hacia personas de más de un género y/o sexo, no necesariamente al mismo tiempo, de la misma manera ni con la misma intensidad. Se trata de la orientación sexual menos visible y muchos consideran que se trata de una etapa de confusión. Sin embargo, las personas bisexuales no son homosexuales incapaces de reconocerlo ni heterosexuales experimentando.
Hoy, 23 de septiembre, se celebra el día Internacional de la Visibilidad Bisexual. Me voy a saltar la definición extensa de rigor porque creo que todos sabemos que la bisexualidad no es más que la orientación de aquellos que se sienten atraídos por los dos sexos. En las siglas LGBT, la B suele ocupar el tercer puesto. Lo que sucede, y por lo que los bisexuales piden ser tenidos en cuenta, es que, a pesar de la mayoritaria aceptación de cualquier orientación o preferencia, a los bi se les suele considerar como viciosos, o como indefinidos, es decir, como homosexuales en proceso o heterosexuales insaciables. Y el mensaje de nuestro programa de hoy es claro: existen las personas bisexuales. Lo que, por otra parte, tampoco debería tener mayor trascendencia.
Durante un tiempo, cierto activismo de género culpó a la bisexualidad de ser un invento para enturbiar las luchas homosexuales, y recientemente el péndulo se ha desplazado al otro extremo, y ahora la bifobia suele provenir de aquellos que afirman que el prefijo bi refuerza la idea de que únicamente hay dos géneros, pero es que ese mismo argumento se podría aplicar a gays y lesbianas.
A estas alturas, Marvel, DC o Disney ya han incluido personajes abiertamente bisexuales en sus historias: Luz, Robin o Loki han salido recientemente del armario bi, demostrando que la inclusividad es cada día más real.
Texto e idea: Tatiana Tereshkova
