El pasado sábado Vigara, Tereshkova y yo celebramos un comité buscando mejoras y acordamos locutar menor cantidad de información. Anoche vimos la recomendable película que Oliver Stone dedicó a Snowden, refugiado en algún lugar de Rusia, y mañana sabremos si a Assange le conceden libertad bajo fianza en Londres.
Recordemos el art. 8.1 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales: «Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar, de su domicilio y de su correspondencia». Así como, en su 2º punto se confiere injerencia a los poderes públicos (de sociedades democráticas) para salvaguardar: «la seguridad nacional, la seguridad pública, el bienestar económico (del país), la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la salud y de la moral, o la protección de los derechos y las libertades de los demás».
Al hilo de los anteriores programas, tampoco nos olvidemos del derecho al honor, intimidad e imagen, así cómo del derecho a los secretos y el tan difícil de lograr: derecho al olvido -concepto relacionado con el habeas data-.
Quienes hacemos NMHA, celosos de nuestra intimidad y conscientes de la importancia que tiene manejar asuntos privados, intentaremos contar menos de nosotros y seguir descubriendo otras músicas.
Texto: Miguel Tébar
