Cada mañana seguía el mismo ritual, revisaba mi correo y mis llamadas para ver si había alguna novedad. Había solicitado prácticas para los meses de verano, la radio era el destino elegido, pero parecía que el tiempo pasaba y pasaba y nada ocurría. Cuando ya mis ilusiones casi se habían desvanecido llegó mi momento, habían aceptado mi solicitud en Onda Cero Pontevedra, ¡no podía estar más agradecida y contenta!
Ponto llegó el Día Mundial del Becario; si, ese mismo, el 1 de julio, y con él lo que será mi trabajo durante todo el verano. Mi primer día fue, pues como todos los primeros días, muchas cosas nuevas, mucho que aprender, y mucho más que preguntar. En un primer momento todo aquello me impresionó, estaba en una radio de verdad, ya no se trataba de un ejercicio de clase, en el que si te equivocas haces borrón y cuenta nueva. Aquí tenía que ser, es cuestión de un día, una "profesional", o al menos parecerlo. Tras unos primeros momentos algo caóticos por todo lo nuevo que había que asimilar, micro en mano salía a la calle a grabar mi primera intervención en la radio. Los nervios me hacían temblar las rodillas, pero conseguí imponerme y todo salió como debía. Despues de un intenso día volvía a casa donde allí mi familia esperaba impaciente para, esta vez, ser ellos quienes entrevistaban y yo la entrevistada.
Pontevedra es una ciudad nueva para mi y todavía estoy adaptandome a ella y a sus calles pero es una ciudad que me ha acogido con los brazos abiertos. Haciendo balance de esta primera semana de prácticas solo puedo decir cosas positivas. Estoy aprendiendo la profesión que siempre he soñado y además me divierto haciéndolo. Hay mucho en lo que tengo que mejorar aún, pero estoy segura que, incluso sin vacaciones, este será uno de los mejores veranos de mi vida.