La parroquia San Pío X, en Mariñamansa, se echó ayer a la calle para ocupar un espacio público y demandar una sociedad justa y equitativa. Alzando paraguas como símbolo de la protección social cada vez más necesaria, unas 150 personas recordaron a las instituciones públicas que la atención a las personas desamparadas "es un derecho constitucional".
El párroco Luis Rodríguez es el impulsor de esta iniciativa que nace también como un vehículo para canalizar la solidaridad de los más pequeños: "Queremos que sea algo educativo, construir algo bueno con los más jóvenes", señala.
A través de la lectura de un manifiesto, el grupo de feligreses y vecinos del barrio mostró su rechazo a la discriminación y reclamó una "sociedad no excluyente, sino inclusiva y solidaria".
184 familias en apuros
El sacerdote Luis Rodríguez lleva 12 años en la parroquia de San Pío X y constata que la pobreza se ha extendido por el barrio hasta el punto de que las personas que acuden a pedirle ayuda "ya no son solo inmigrantes", sino familias de Mariñamansa que acuden ya derivadas de los servicios sociales del Concello y la Xunta. En total son 184 las familias que se acercan a su parroquia a pedir ayuda para comer, pagar el recibo de la casa y la luz o comprar una bombona de butano. "En los últimos años podría decir que el número de familias que vienen a pedir ayuda creció un 40% y que la mayoría tienen niños".
