Salió el cuadro de Luisito dispuesto a asumir el mando del choque con su segunda unidad, pero un enemigo asturiano con oficio, pese a los jóvenes que incluyó Quirós en su formación, lograba frenar sus tentativas con bastante suficiencia. Así, durante el primer cuarto de hora, solo dos incursiones del reaparecido Noguerol rompieron la monotonía, sin inquietar a un bien situado Dani Rivas.
Tras un libre directo de Paramio que reivindicó a los de Miramar, el once ourensanista comenzó a pisar con mayor decisión el área y si Javi Hernández hizo trabajar al meta, que forzó córner, la jugada del saque de esquina derivó en un centro medido de Álex que cabeceó el central Portela al fondo de la red.
Ya no reaccionarían los visitantes hasta el segundo período. Con la entrada de Álvaro Muñiz ganaron más presencia en mediocampo, pero su experimentado delantero, Alejandro, y otra vez Paramios en la estrategia se toparon con dos espectaculares paradas de Manu Táboas.
El Ourense encontraba en todo caso más espacios para atacar y también llegaba con claridad al área, pero Borja Valle marró un perfecto envío de Arce, antes de reclamar un derribo de Pablo Suárez que debió ser castigado con penalti, minutos más tarde.
El tramo final de la contienda fue una disputa de voluntades a la que le faltó claridad en los últimos pases. En otro lance a balón parado, Manu Táboas tuvo que reaccionar rápido a un resbalón que permitió el remate de Muñiz, a la vez que en el otro extremo del campo, los de casa intentaban aprovechar los riesgos que corría su contrincante, sin demasiada fortuna, pese al tesón de Arce y Valle en sus galopadas o los intentos de Gustavo por ofrecerse para recibir el esférico. A la postre, los de Luisito cosechaban una mínima renta con beneficios.