El Ourense, con mucho sufrimiento, llega a la final de Copa Federación. Objetivo cumplido para los de Luisito, aunque con enormes apuros frente a un equipo de Tercera División como el Balmaseda, que se dejó la piel y que por momentos pareció a un pasito de forzar la prórroga. Los jugadores gallegos hicieron valer el 3-0 de O Couto pero hasta el pitido final no pudieron saborear el acceso a una final que económicamente les vendrá muy bien.
En La Baluga, y con un ambiente tremendo para los vascos, Pato fue el gran protagonista de esta agónica vuelta al detener un penalti en el segundo periodo y con intervenciones de mucho mérito, evitando males mayores a pesar de los dos goles del central Vélez, uno de los destacados en las filas vizcaínas. Se sufrió todo y más, con mucha defensa y poco ataque, pero el Ourense está en la final.
El Ourense, con un esquema 4-1-4-1 y con las novedades respecto al encuentro de ida en el once inicial de Corzo, que formó la pareja de centrales con Portela, y Yebra y Adil en la medular, tenía claro su papel y desde el pitido inicial intentó pausar el ritmo del partido. El Balmaseda, con un fútbol muy directo, se propuso acorralar en su área a los de Luisito, muy ordenados y superiores en el juego aéreo.
Cumplido el primer cuarto de hora, llegaba la primera oportunidad de los locales en un disparo cruzado de Cabanas al que respondió el meta Pato con solvencia. El tiempo iba pasando sin mayor novedad a favor de los gallegos, que se limitaban a defender el marcador inicial, despejando cualquier balón cercano a su área y muy atentos, todo ello suficiente para ir acercándose al pase a la gran final.
Pero cualquier despiste podía resultar decisivo, y éste llegó de forma inesperada y ya al borde del intermedio, cuando se jugaba el minuto 43 de partido. Cabanas botó una falta en el lateral del área y en el área pequeña, Vélez de cabeza y sin oposición en una distracción de la defensa, fusilaba a Pato para ilusionar a la parroquia local.
En el arranque de la segunda mitad se esperaba una salida en tromba del conjunto vizcaíno, pero el Ourense se mantenía muy firme en defensa e incluso gozaba de algo más de posesión de balón. El Balmaseda seguía bombeando gran cantidad de balones sobre el área y en una nueva jugada de estrategia, Pato metió una mano salvadora evitando el dos a cero en un balón peinado por Poto.
Casi a renglón seguido, el Ourense pudo finiquitar la eliminatoria en su primera oportunidad del encuentro, nada menos. En una contra, Javi Hernández se plantó solo ante Iván pero en el mano a mano no supo definir. Poco después, se le complicó la cuestión al Ourense tras una doble amarilla para Adil.
Aún restaban veinte minutos y un sufrimiento enorme, mayor para los ourensanos que el ya experimentado en la ida en un partido cada vez más brusco y áspero. La jugada decisiva llegó en el minuto 77 cuando el colegiado señaló un máximo castigo a favor de los locales. Ahí apareció Pato para detener el penalti a Zárate. Fue una decisión rigurosa del colegiado, solventada con un paradón por el meta visitante.
De ahí hasta el final, un verdadero correcalles con un conjunto ourensanista que perdonaba el 1-1 por mediación de Rubén Arce, pero el Balmaseda no se rendía y de nuevo el central Santi Vélez cazó un esférico en el área para poner el segundo de la noche. 2-0 y cuatro para el noventa, euforia local y nervios en los de Luisito. El Ourense pedía la hora y tuvo suerte de que el tercero no llegara y se concretara su pase a la final. Dos acercamientos peligrosos de los vizcaínos, cinco eternos minutos de alargue y la alegría final con ese 2-0 en contra. El Ourense es finalista de la Copa RFEF