El juez obliga al Club de Tenis a excluir el pazo de Ramirás de su inventario

La sociedad se encuentra en concurso de acreedores y está en la fase de liquidación de bienes previa a su desaparición

 

ondacero.es

Ourense | 24.03.2014 10:36

No es el fin que seguramente esperaban quienes lo pusieron en marcha. El Club de Tenis no solo está en concurso de acreedores, roto y endeudado, sino en proceso de liquidación definitiva de bienes y con un inesperado revés para sus gestores. La directiva de la asociación cultural y deportiva Club de Tenis deberá retirar de su inventario de bienes -que había incluido en el procedimiento judicial de liquidación como parte de sus activos- el 53% que se atribuía de la propiedad del Pazo de Ramirás. El fin de la sociedad, así las cosas, se presenta bastante más negro que hace un año, cuando sus directivos y el administrador concursal mantenían el pulso con la comunidad de propietarios de la urbanización, que reclamó la plena titularidad del pazo, torre, capilla e instalaciones. Club de Tenis, cuyos directivos decidieron en el año 2012 romper el contrato de arrendamiento que procedía de 1975, atribuyéndose el 53 % de la propiedad, se enfrenta ahora a la liquidación con un claro desequilibrio entre los bienes y las deudas que acumula.

 

Crisis económica

En un reciente encuentro con periodistas, llamaba la atención el presidente del Tribunal Superior de Galicia, Miguel Ángel Cadenas, sobre el aumento de los procedimientos concursales que se estaba registrando en la comunidad durante los últimos años. Entre el año 2007, en tiempo de bonanza, y el pasado 2013, aún afectados por la crisis, los casos se multiplicaron. Ni siquiera una sociedad elitista, como el Club de Tenis de Ourense, se ha salvado de la quema.

 

Actividad paralizada

El enfrentamiento en el Pazo de Ramirás generó hace algunas semanas momentos de tensión, cuando la comunidad de propietarios de la urbanización, cuyos intereses defendió el abogado David de León, forzó la suspensión de cualquier tipo de actividad. Invocaban razones de seguridad y afán de salvaguardar la responsabilidad personal y colectiva, en tanto copropietarios, ante eventuales accidentes. El cierre de la litigiosa parcela 77, donde está situado el pazo y las instalaciones deportivas, generó tensión. Primero, la aparición de los candados y su ruptura; después, la desaparición de las redes de las canchas de tenis. Y a la espera de que decidiera el juez sobre el inventario y la inclusión de más de la mitad de la parcela del pazo, un auto del pasado 28 de febrero daba publicidad a la situación, al anunciar en el Boletín Oficial del Estado la liquidación de bienes.