La pequeña tempestad creada tras las últimas derrotas en el entorno del COB se ha saldado de la forma más coherente posible, con reflexión interna del consejo de administración, cerrando filas y apoyando al 100 % a plantilla y cuerpo técnico. Un cierre de filas que servirá para dar tranquilidad tras diez días de demasiada agitación y que provocó en parte el nerviosismo y la presión que maniató al equipo en el último cuarto ante Palencia.
Nadie se plantea cambios de momento porque hay lo justo económicamente y por el convencimiento de que el trabajo y la calidad de los jugadores actuales permitirá alcanzar el objetivo de la permanencia.
En el último choque ante Palencia destacó la buena imagen en los tres primeros cuartos o el paso adelante de jugadores como Carter, Frutos, Edu Martínez o Iván García. Lo negativo fueron el descalabro de los últimos diez minutos, en los que por exceso de voluntad cada uno hizo la guerra por su cuenta, y la noche de aciaga de pilares en el proyecto como Rivero, Huertas o Kale.
Recuperar mentalmente a jugadores clave como los mencionados, además de que Riley pueda volver tener las buenas sensaciones de principio temporada será clave para que el equipo empiece a sumar victorias.
Próximos rivales directos
En el estado anímico se incidirá en la corta semana de trabajo antes de que el miércoles por la noche se viaje en autobús camino a Lleida, uno de los últimos cinco partidos de la primera vuelta ante rivales directos.
Lleida, Axarquía, Oviedo, F. C. Barcelona B y Coruña son los objetivos que se marca una plantilla como la cobista con calidad y compromiso suficientes para regresar a la zona media, donde estuvo hasta esta última jornada.