Opinión| Augusto César Lendoiro

Lendoiro: El presidente Escotet, la Champions y la cantera (II)

El expresidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, felicita a Escotet, tomando como referencia la noticia de Onda Cero la semana pasada, por la apuesta por Yeremay. Y lamenta que esta apuesta no se realizara en el 2013 por el administrador concursal que pilotaba la gestión del club con Fernando Vázquez poniendo a jugar a una buena hornada de canteranos.

Yeremay y las 2.5 millones de razones para confiar en que seguirá en el Deportivo la próxima temporada

Redacción

A Coruña |

Juan Carlos Escotet con canteranos y canteranas del Deportivo en un acto reciente en Riazor.
Lendoiro: El presidente Escotet, la Champions y la cantera (II) | RC Deportivo

Hace unos días os manifestaba que, si el presidente Escotet tomaba la decisión de mantener a Yeremay, estaría enviando a la cantera y a la afición un claro mensaje. A los jugadores de la casa, que se va a apostar por ellos, y a los aficionados que el objetivo inmediato es el ascenso a Primera.

Todo indica que esa es la ruta marcada y si los datos que se filtran sobre el salario y la cláusula de Yeremay son ciertos, podemos estar tranquilos.

No le será fácil al chaval tomar la decisión de abandonar el Deportivo. Dos millones y medio de ‘razones’ en Segunda son muchas ‘razones’, y más si tienes ya pactado un salario espectacular en Primera. .

De forma simultánea, también será difícil que un club esté dispuesto a superar ese sueldo y abonar al contado los treinta y cinco millones de euros de la cláusula.

Mi felicitación al presidente Escotet, porque nos está diciendo a gritos que “sobre Yeremay (y Mella, y Barcia, y…) construiré mi Deportivo de Champions.”

El propietario ha elegido su jugador bandera y lo ha blindado con un contrato que ‘garantiza’ su permanencia en el club. No quiere cometer ese grave error de tantos gallegos de vender la ternera y no esperar a que se haga vaca vieja.

Me viene a la cabeza el recuerdo de lo acontecido tras los tristes acontecimientos vividos en 2013. Nos encontrábamos también ante una encrucijada parecida, pero los dirigentes de entonces tomaron justo el camino contrario. Se equivocaron.

Sin duda el 2013 pasará a los anales como un año histórico, al igual que 1906, 1995, 2000 ó 2002. Su trascendencia no vendrá dada por coincidir con el nacimiento ni por la conquista de un gran título. Lo será porque se evitó la desaparición del Deportivo, que era el objetivo oculto de los entonces enemigos del club.

Los de siempre, disfrazados en aquella ocasión de defensores de la entidad, tenían bien preparado su ‘golpe de estado’. En la noche del 31 de julio querían obligarme a firmar infinidad de folios -sin tiempo ni para leerlos- que no solo me condenaban a muerte, sino que me hacían responsable del fin del Dépor.

No firmé. Se llevaron un enorme disgusto, porque creían que lo tenían todo atado y bien atado, cuando era yo el que había pactado la solución del problema con los gestores del seguro de descenso, con AFE y con LaLiga.

Fue ese un precioso, aunque estresante, verano. A raíz del no rotundo al ‘golpe’, y en buena parte forzado por las circunstancias, se había puesto en marcha una especie de reinvención del club. La situación de economía de guerra nos obligaba a hacer surgir un ‘nuevo’ Deportivo.

La nefasta administración concursal que sufríamos, no había aceptado de buen grado la derrota sufrida con ocasión del ‘golpe de estado’ y lo intento de nuevo. Pretendió ahogar al club. Nos marcó un presupuesto máximo de cinco millones de euros, que nos condenaba a luchar por no descender.

Volvieron a equivocarse. El gran trabajo de todos produjo el milagro. Fernando Vázquez -sin duda el entrenador más maltratado por los dirigentes blanquiazules- nos ascendió a Primera División.

Pero con ser eso importante, que vaya si lo era, no fue lo más importante que consiguió Fernando Vázquez. Lo había logrado con cuatro duros y con más de la mitad de los titulares del equipo “pescados en Abegondo”.

Hablamos de Pablo Insua, de Juan Domínguez -nombrados en la Gala de LaLiga mejor defensa y mejor centrocampista de Segunda- y de Laure, Seoane, Juan Carlos Real, Luís Fernández, Fabricio, Lemos, Bicho, Fornos… y el gurú, Alex Bergantiños.

¡Y eso que se decía -y algún indocumentado malintencionado todavía lo hace hoy- que no cuidábamos la cantera!

Se podrá argumentar que eran tantos, entre titulares y suplentes, porque la situación económica era la que era. Sin duda. Eso no se puede discutir, como tampoco se puede poner en duda que ya eran jugadores nuestros desde hacía muchos años. Que no habían surgido por generación espontánea, ni los habíamos incorporado de repente de otros lugares. La razón de su titularidad, del cambio producido, era muy simple: ya no estaban en el Depor los Mauro, Bebeto, Fran, Valerón, Tristán, Rivaldo y cía.

Se trataba de buenos jugadores que se habían criado en nuestra Ciudad Deportiva. Una docena de canteranos de calidad, que habían podido triunfar porque el maestro Fernando depositó en ellos su confianza.

Chocan estos datos incuestionables con el mensaje diario de que ahora vivimos el mejor momento histórico de nuestra cantera. No se trata de minusvalorar el buen trabajo que se viene realizando, pero la verdad se impone.

En la 2024-25 solo tres canteranos han sido titulares de un equipo que se clasificó en la mitad de la tabla de Segunda, mientras en la 2013-14 eran seis o siete y, como subcampeones de España, ascendieron a Primera.

Lo lamentable llegó después. En lugar de aprovechar ese éxito de los chavales para asentar en la cantera parte del futuro del club, en un momento económico difícil, se tomó la peor de las decisiones. Primero se despidió, de manera tan fulminante como injusta, a Fernando Vázquez, el auténtico guía, para de inmediato vender a los que tenían mercado y despreciar al resto. Una desgracia.

Aún el año 2013 nos iba a regalar una cosecha todavía más especial, pero de eso hablaremos en el tercer capítulo.

Augusto Cèsar Lendoiro.

Expresidente R.C.Deportivo.