La nueva normativa implica que los barcos de más de cuatro metros de eslora tendrán que instalar obligatoriamente sistemas de geolocalización, un circuito cerrado de cámaras y un diario electrónico.
Felipe Canosa, patrón mayor de la cofradía de A Coruña, asegura que no están "nada de acuerdo" con este texto que consideran "súper excesivo". Recuerda que ya trabajan con otras medidas de control, como "tope de capturas y seguimiento en las lonjas". Entiende que la situación "se ve distinta en los despachos", por lo que propone a la administración europea, que antes de aprobar esta medida, "deberían pasarse una temporadita de tres meses con nosotros, viendo cómo trabajamos".
Además, incide en que "la situación en Galicia es distinta". Recuerda que muchos de los barcos que faenan en esta comunidad lo hacen "dentro de la ría, muy cerca del puerto".
La Unión Europea da una moratoria de cuatro años para aplicar estas normas que tampoco convencen a la Xunta. Rosa Quintana conselleira do Mar, insiste en que durante la tramitación del reglamento ya dieron a conocer su opinión, que se resume en "control sí, pero con sentidiño". Quintana entiende que "el control es necesario, y de hecho Galicia es la única comunidad que tiene una Guarda Costera propia". Sin embargo, cree que no es necesario "aumentar las medidas con métodos que solo distorsionan".