Lo primero que hay que tener presente, ha indicado el Gobierno extremeño en nota de prensa, es si el disfraz o cualquiera de sus complementos están concebidos para niños menores de 14 años y si se consideran juguetes, por lo que deben cumplir unas normas (no así los disfraces destinados a menores de un año, considerados textil, ya que estos niños tan pequeños no los usan con la intención de jugar).
"Los disfraces deben llevar marcado CE y etiquetado de juguetes", ha señalado. Además, "hay que tener en cuenta que el producto no incorpore piezas pequeñas que se puedan desprender y ser ingeridas por el menor".
Para que su ventilación sea adecuada, "las máscaras y cascos tienen que disponer de orificios de tamaño suficiente para la entrada del aire, y llevar una advertencia que anuncie que, al tratarse de un juguete, no proporciona ningún tipo de protección".
También las pelucas tienen su requisito particular: no tener un pelo excesivamente largo, para evitar que pueda inflamarse si se prende, y producir quemaduras. Las pelucas deben llevar marcado CE y etiquetado de juguetes.
Los disfraces destinados a niños de hasta 14 años, "no puede llevar cuerdas ni cordones en la zona de la capucha y cuello, para evitar que el niño se pueda enredar con ellos y asfixiarse". Si los llevan en alguna otra zona, y con el fin de evitar el atrapamiento, tienen que estar asegurados, para que no se puedan extraer, y no deben exceder de una longitud máxima regulada normativamente para que los niños no se queden enganchados ni atrapados por estos cordones, cadenas, lazos o cuerdas.
Los mecanismos de inspección de los organismos de consumo detectan con bastante frecuencia irregularidades en disfraces puestos a la venta, que son inmediatamente retirados del mercado. Desde el Laboratorio del Incoex, se revisan requisitos de seguridad e información de este tipo de productos, ya que no siempre los productos típicos de carnaval, disfraces, pelucas, caretas, etcétera, reúnen lo necesario para garantizar la seguridad de los usuarios.
"Los problemas pueden ir desde una simple irritación causada por un maquillaje hasta quemaduras graves ocasionadas por un disfraz que se inflama rápidamente". Son problemas generales, que se dan en disfraces y otros accesorios, tanto para adultos como para niños.
Para cualquier tipo de disfraz las recomendaciones son evitar tejidos inflamables en capuchas y caretas muy sobrecargadas, así como pelucas con pelo muy largo.
Por otra parte, este riesgo se puede evitar con tejidos como el nailon, acrílico y el poliéster, que son retardantes de llama, así como alejando estos productos de fuentes de calor intenso o llamas.
En cuanto al maquillaje, es necesario advertir de los peligros de comprar este producto en bazares de bajo coste o no especializados, ya que estos corren más riesgo de que no hayan sido sometidos a los controles dermatológicos adecuados, por lo que pueden producir alergias y reacciones en la piel.
Hay que prestar especial atención a los disfraces que presentan colas cosidas o cordones con un extremo suelto de más de 7,5 centímetros, ya que los niños pueden quedar atrapados por ellos en toboganes, puertas de coches, etcétera, que pueden dar lugar a accidentes graves.
En cualquier caso, para identificar la calidad de un producto, debemos dirigirnos a su etiquetado, ya que éste debe ofrecernos la información necesaria para identificar su lugar de procedencia (fabricante y país) e indicaciones de uso, así como evitar riesgos descartando la compra de cosméticos que no nos ofrezcan garantías.