El salón de Plenos del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura ha acogido el acto de juramento o promesa de cuatro jueces correspondientes a la 72ª promoción de la Carrera Judicial y que han sido destinados a distintos órganos jurisdiccionales de la Comunidad Autónoma.
Se trata de dos mujeres y dos hombres con una media de 30 años de edad, entre los que hay una extremeña, dos asturianos y un aragonés, que tendrán como primer destino como juez titular Extremadura.
De esta forma, han jurado o prometido su cargo ante los miembros de Sala de Gobierno presidida por la presidenta del TSJ de Extremadura, María Félix Tena Aragón los siguientes jueces:
La jueza Ana Sánchez Piñero, ejercerá de titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Badajoz; la jueza María Soledad López Guerra, se hará cargo del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Don Benito.
Además, el juez Pablo Ramos Miranda ejercerá de titular del Juzgado de primera Instancia e Instrucción número 1 de Olivenza con competencia en materia de violencia sobre la mujer y el juez Juan González Díaz irá destinado al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Valencia de Alcántara, con funciones compartidas de registro civil.
Los jueces han contado como padrinos y madrinas al presidente de la Sala Contencioso-Administrativo del TSJ de Extremadura, Daniel Ruiz Ballesteros, el presidente de la Audiencia provincial de Cáceres, Joaquín González Casso, el juez Decano de Cáceres, Rafael Estévez Benito, y a magistrada del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Mérida, Carmen Romero Cervero.
La presidenta del TSJ de Extremadura, María Félix Tena Aragón, en su intervención en el acto les ha recordado la responsabilidad que tienen como servicio público que prestan a los ciudadanos y les ha manifestado el apoya de la Sala de Gobierno.
Asimismo, les ha recordado que su deber es impartir justicia con “rectitud y prudencia” y que su deber es la aplicación de la norma creada por el legislador.
La presidenta les ha recordado que forman parte de uno de los tres Poderes del Estado, los cuales tienes que ser “independientes y servir de contrapeso unos de otros para que podamos hablar de un Estado democrático”.
