El Ayuntamiento de Cáceres ha decidido vaciar el Baluarte de los Pozos, una plaza de armas que se rellenó de escombros en el siglo XVIII, y que sufre graves daños estructurales que ponen en peligro la conservación de este elemento de la muralla cacereña y parte del lienzo original de la época almohade.
Se trata de una intervención de emergencia autorizada por el Ministerio de Fomento, que es quien financia parte de las obras de restauración a través del 1,5 por ciento cultural. Esa modificación del proyecto tendrá un coste de 152.000 euros y se ejecutará en los próximos tres meses por parte de la misma empresa que lleva a cabo la primera fase de restauración de la muralla.
El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, ha anunciado que las obras consistirán en devolver el baluarte y la torre a la situación previa a 1721, que fue cuando comenzó su llenado de escombros procedentes de la construcción del aljibe y la iglesia de la Preciosa Sangre.
Las graves deficiencias de este monumento se han descubierto en el transcurso de las obras de restauración de la muralla, que en una primera fase están a punto de concluir, ya que se encuentran ejecutadas a un 96%. Durante la ejecución de estos trabajos, que comenzaron en julio de 2019, se descubrió que el lienzo estaba totalmente seccionado en su totalidad desde arriba hasta abajo y se comprobó que la grieta que se ha tapado por su parte exterior en varias ocasiones "era mucho más grande en el interior", ha explicado el alcalde cacereño Luis Salaya.
Salaya, que ha comparecido este jueves ante los medios para explicar este proyecto debido a que "la situación es muy grave y está en riesgo la propia estabilidad del Baluarte de los Pozos", por lo que ha habido que tomar una decisión, "que es la más segura y la que aportaba garantías de conservar el baluarte" porque, "de no solucionarse podría provocar la destrucción de parte de lo restaurado hasta el momento".
"Se trata de un reto que tenemos que afrontar para preservar el patrimonio de Cáceres", ha concluido, al tiempo que ha incidido en que la situación "es más grave de lo que se pensaba", por lo que se actuará de urgencia antes de cerrar las obras de la primera fase.
Durante el vaciado del baluarte "es probable que se encuentren sorpresas", ha dicho el alcalde en alusión a la posibilidad de encontrar la escalera que va hacia la muralla u otros elementos arquitectónicos que puedan aparecer.
Una vez concluya la obra de vaciado se tapará la grieta que existe por dentro que, a su vez, ha servido para evacuar el agua, lo que ha hecho que no colapsara el baluarte mientras que la humedad ha provocado que el césped de su parte superior se mantuviera siempre verde a pesar de la sequía. Ahora, el vaciado liberará la presión de la muralla ejercida tanto por los escombros como por el agua y las humedades.