El alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, ha lamentado que después de unos meses "moviendo tierras y haciendo anuncios y poniendo carteles muy grandes" las obras de la autovía que conectará la ciudad con Cáceres "se han vuelto a parar", ante lo que espera que en los próximos meses haya avances "reales", "certezas" y "anuncios de verdad" que se puedan "ver", "tocar" y "palpar".
A preguntas de los periodistas por su parecer ante la paralización de las obras de construcción de la autovía entre Cáceres y Badajoz, Gragera ha recordado una comparecencia en la que interpelado por su opinión sobre el inicio de los trabajos de esa parte de la autovía dijo que cuando viera las máquinas "trabajando de verdad" y "construyendo de verdad, "entonces" se lo "creería".
"Hemos visto una vez más, después de unos meses moviendo tierras y haciendo anuncios y poniendo carteles muy grandes, se han vuelto a parar, cuando lo vea me lo creeré y cuando vea que realmente avanza ese proyecto me lo creeré", ha remarcado, a la vez que ha esperado que la modificación ya prevista en un contrato que se adjudicó hace "escasos" seis meses "sea una realidad".
También ha confiado en que Cáceres y Badajoz y "sobre todo" Extremadura "pongan fin a esa anormalidad histórica que supone el tener a dos capitales de provincia comunicadas por una nacional que, hasta hace poco, no era ni siquiera nacional". "Creo que ya está bien", ha remachado, junto con que espera que en los próximos meses haya avances "reales", "certezas" y "anuncios de verdad" que se puedan "ver", "tocar" y "palpar", así como poder ver cómo avanzan esas obras.
Al mismo tiempo, Gragera ha deseado que el tramo, "también anunciado", de salida desde la ciudad de Badajoz avance y que puedan "entre todos" construir una región "más vertebrada", "más comunicada" y que permita a esas grandes inversiones que se quieren traer poder competir "en igualdad de condiciones" con el resto del país.
Por otro lado y sobre el edificio de la calle San Juan adquirido por el ayuntamiento para servicios municipales, el primer edil ha matizado que los primeros pasos son los estudios arqueológicos y después las demoliciones selectivas, las cuales las han aprobado con el último Plan de Impulso, así como la redacción del proyecto, al hilo de lo cual ha indicado que los plazos dependen de la arqueología, en la que se pueden dar dificultades a la hora de plasmar proyectos cuando se desconoce qué se puede encontrar, lo cual hace que no se puedan marcar plazos "claros".
Al mismo tiempo, ha recordado que el objetivo marcado por el equipo de gobierno una vez se adquirió este inmueble hace dos años fue trasladar y unificar todos los servicios que están descentralizados actualmente en el centro de la ciudad, ante lo que se ha referido a centralizar Urbanismo y todos los servicios técnicos para que trabajen en un mismo entorno y puedan servirse y ayudarse mutuamente sin necesidad de desplazamientos, además de Gabinete de proyectos y "seguramente" Policía Urbana.
Igualmente, ha sumado aquellos otros servicios que "ahora mismo" están "dispersos" y de manera "única" en el entorno del palacio municipal, y llevar también al nuevo edificio algunos de los que se prestan desde el ayuntamiento, puesto que la "idea" es dedicar este último a actividad institucional "y no tanto del día a día", de modo que el antiguo convento sería un "edificio técnico" que permita a todos los técnicos de la casa trabajar en un mismo entorno y poder colaborar "más estrechamente" sin tener que desplazarse de una zona a otra de la ciudad.
De cara a vecinos y usuarios, tendrían un edificio en el que se le puedan dar "todas las respuestas" que tengan que ver con necesidades de la ciudad, ha apuntillado Ignacio Gragera, que ha hecho estas declaraciones a preguntas de los medios con motivo de su presencia en la inauguración de la sede de Endesa.
