La abogada de la hermana y la madre de Manuela Chavero, Verónica Guerrero, ha señalado que este miércoles, en la tercera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Badajoz van a intentar demostrar con las periciales es "lo que venimos defendiendo todo el tiempo, que la muerte no pudo ser accidental", que las lesiones se encuentran en la parte frontal "con lo cual no pudo ser una caída hacia atrás" y que Manuela "murió de forma violenta" y "no de forma accidental".
"Ese es un poco el objeto principal del día de hoy", ha aseverado a preguntas de los periodistas a las puertas del juzgado por la jornada de este miércoles, sobre la que ha explicado que todos los que declaran en la misma son agentes que faltan por explicar "ciertos aspectos" y que luego "todos son periciales", sobre lo cual ha detallado las periciales antropólogas que aportan, además de los médicos de forenses, y que para este jueves se prevén también "otros pocos" médicos forenses.
También este miércoles se abordará, como mantiene el acusado, si las lesiones que presenta el cuerpo se pudieron producir en el transporte del mismo, al hilo de lo cual ha indicado que este miércoles se va a ver y que "de hecho" los informes son "diferentes".
A este respecto, ha explicado que los iniciales "fueron unos que, bueno, ya decían que la muerte no podía ser accidental", y "luego se ampliaron esos informes, a medida que el acusado fue variando versiones", por lo que "se ampliaron, ya más dirigido a si podía ser de la caída de la pala del tractor o del enterramiento del Manuela". "Y dijeron que no".
"Entonces, vamos hoy a que se ratifiquen los peritos en esas conclusiones y a que las expliquen", ha agregado, mientras que interpelada por la posible agresión sexual y si se va poder acreditar de alguna forma pericial ha remarcado que este miércoles acuden los agentes de la sección de análisis del comportamiento delictivo de la Guardia Civil que trazaron el perfil del acusado, Eugenio Delgado.
Así, y a través de la ratificación de su informe pericial, "quedará más reforzado" lo que "ya" este martes la parte que representa introdujo en esas preguntas a los miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita.
Finalmente y preguntada por cómo está la familia y cómo está afrontando el proceso, Verónica Guerrero ha reconocido que está "mal", porque, además, estos días atrás como el caso de este pasado martes se empezaron a ver fotos e imágenes, pero este miércoles "sí que son muy explícitas".
"Les hemos advertido, les hemos dicho que por favor que tengan cuidado que se van a ver imágenes muy explícitas con explicaciones muy explícitas, y que si quieren quedarse fuera, pues que se queden, o que si quieren entrar que entren, eso depende mucho de ellos", ha abundado, para incidir en que están "como estaríamos cualquiera en una situación así" y que "de hecho" ella misma les admira "muchísimo" porque no sabe "ni si podría venir".
A este respecto, ha insistido en que "de verdad" que les admira "mucho", porque ella está "acostumbrada a estas cosas" pero desconoce "si podría venir, sinceramente".
La localización del teléfono de Eugenio Delgado lo sitúa "muy próximo" a la vivienda donde residía
La localización del teléfono Eugenio Delgado lo sitúa en la noche de la desaparición de Manuela Chavero "muy próximo a la zona de la calle Sevilla número 34", en la que el acusado residía habitualmente, en concreto desde las 23,30 horas del día 4 y hasta las 8,01 horas del día 5.
La precisión del teléfono, al ser una zona urbana, se establece por medio de las WIFIs que coge que están a su alrededor", según han asegurado varios peritos de la Guardia Civil en su declaración este miércoles en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Badajoz por el asesinato de Manuela Chavero, con Eugenio Delgado como único acusado.
Del estudio que han realizado los investigadores de un teléfono Iphone 7 que el acusado llevaba la noche del 4 de julio de 2016, y que establece que a las 08,01 se detecta un movimiento hasta las 8,06 horas hasta el bar La Ponderosa de Monesterio, donde permaneció hasta las 8,32 horas.
A partir de esa hora realiza un recorrido en el que va desde el bar La Ponderosa, por la avenida de Extremadura, en las que "va cogiendo varias posiciones de las wifi" de los domicilios o los negocios por lo que va pasando, en dirección hacia el noroeste de la localidad, cuando la localización "empieza a nutrir de lo que son las torres de telefonía móvil cuya precisión ya es bastante baja", explican.
A partir de ahí se adentra en un entorno rural, que cuenta con una "precisión menor y distancia más grande", aunque lo sitúa en unos 3,5 kilómetros fuera del casco urbano de Monesterio, donde permanece hasta las 12,15 horas del día 5 de julio, cuando "ya hay un acercamiento por la parte norte de Monesterio", y la "precisión empieza a hacerse mucho más buena".
Así, y ante el hecho de que el teléfono se sitúe en la calle Sevilla de Monesterio, y no en la calle Cerezo, donde presuntamente ocurrieron los hechos, los peritos señalan que "eso es un modo de comportamiento habitual en determinados delincuentes para no ser localizados en el sitio donde van a estar".
Añaden que "es habitual que los delincuentes ahora, evidentemente, ya saben que el teléfono les geolocaliza, de manera que, en muchas ocasiones, lo que hacen es dejarlo y se nota rápidamente, puesto que el teléfono, al no tener actividad, se queda como latente", relatan los peritos.
La acusación popular del caso Chavero tratará este miércoles la valoración del daño psíquico de la familia
La abogada de la Asociación Clara Campoamor, que ejerce la acusación popular en el caso del asesinato de Manuela Chavero, Patricia Catalina, ha reconocido de la jornada de este miércoles en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Badajoz que será una "especialmente dura" en la que van a realizar, entre otras "muchas" cosas, la valoración del daño psíquico que ha sufrido la familia, tanto con la desaparición, como con el hallazgo de Manuela.
En este sentido, ha señalado en declaraciones a los medios antes del inicio del juicio que "por suerte" tienen a Ana Isabel Gutiérrez Salegui, psicóloga forense de la parte que representa y que también acude por la acusación particular y que, como ha explicado, es especialista en desapariciones y en este tipo de daños psíquicos y lesiones.
"Espero que, por lo menos, el jurado entienda y valore mucho más allá del simple hecho de poder estar juzgando una muerte violenta con una previa violación, pues que entienda la lesión psíquica que puede llegar a causar un suceso como este", ha aseverado, junto con que quieren explicarle al jurado "estos extremos" y por esto tienen esta pericial, quien, además, es de Clara Campoamor, les ayuda "en todo" y en las desapariciones o en las muertes violentas, y es "un honor" tenerla con ellos.
Por su parte y preguntada por qué tipo de daño psicológico supone primero sufrir la desaparición y después saber el desenlace de este caso, Ana Isabel Gutiérrez Salegui, psicóloga forense que colabora con la Asociación Clara Campoamor, ha explicado que cree que todo el mundo es "consciente" de que, cuando se pierde a un familiar al que se quiere, por ley natural se sufre más cuando se pierde a un hijo que cuando se pierde a un padre.
"Todos sufrimos en una muerte, pero no es lo mismo una muerte por enfermedad, una muerte por un accidente, que enfrentarte a que no sepas qué le ha pasado a tu ser querido, a que durante un tiempo, que puede ser de días, semanas, en este caso cuatro años hasta que se encontró el cuerpo, cuestionando qué le ha podido pasar", ha relatado, junto con que "a veces la imaginación incluso puede ser incluso la más dura de las realidades", porque se piensa en "todas las posibilidades, desde que pueda estar vivo y secuestrado hasta que le han podido torturar".
De este modo, "todo eso va pasando por la cabeza, día tras día, hora tras hora", en lo que ha denominado "duelos patológicos" o "duelos complejos", mientras que, cuando se encuentra ya el cuerpo, "hay una parte que descansa" y se puede iniciar el duelo, pero "siempre y cuando se permitan hacer los ritos".
Sin embargo, en este caso Manuela Chavero sigue a día de hoy en el Anatómico Forense y esa familia "todavía no ha podido iniciar esos ritos". "Estamos hablando de ocho años de duelo, primero ambiguo, no sabían si estaba muerta o no, la mente no te deja además pensar que pueda estar muerta, crees que la traicionas si piensas eso. Luego duelo congelado, porque no hemos podido hacer los ritos y todo eso después de ocho años se acaba volviendo una enfermedad crónica", ha incidido.
Por último, ha concluido que, "adicionalmente", el tipo de muerte puede generar un diagnóstico "muy habitual" en este tipo de casos, que es el trastorno de estrés postraumático.