La situación en la Comunidad Valenciana es alarmante, la población ha disminuido un 30 % desde el 2005 y sólo quedan 66 parejas.
Las causas de las muertes son la electrocución, el ahogamiento, la caza o el envenenamiento. La causa que más afecta al águila perdicera son las electrocuciones y colisiones con los tendidos eléctricos que llegan al 57 % de los casos. El ahogamiento en balsas de riego y antiincendios suponen el 11 %, la muerte por disparos un 8 % y por último el envenenamiento un 5 %.