En septiembre del año pasado el concejal de Protección Ciudadana de València, Aarón Cano, presentó el borrador de la nueva ordenanza municipal de civismo. Una normativa que pretende prevenir y sancionar algunos de los comportamientos que más conflictos de convivencia generan como el botellón.
Sin embargo, un año después el documento aún no está listo para llevarlo a aprobación al Pleno del Ayuntamiento según ha podido confirmar Onda Cero. Desde el área municipal que dirige explican que todavía falta un informe de los servicios jurídicos municipales que avale las medidas contenidas en la ordenanza. Sin embargo, en junio del año pasado estas mismas fuentes aseguraron que los servicios jurídicos ya habían dado su visto bueno al borrador.
También aluden al deseo del concejal de consensuar el contenido de la ordenanza con todos los grupos políticos municipales antes de llevarla al pleno. Algo que el propio Cano dijo hace un año que iba a hacer “en breve”, pero que al parecer todavía no ha hecho:
El botellón es sin duda uno de los comportamientos incívicos más comunes contra los que se dirigirá esta ordenanza. Aunque no se sancionará el consumo de alcohol en la calle –porque eso es competencia de la policía de la Generalitat- sino las molestias vecinales que provocan los botellones. La normativa prevé multas de hasta 750 euros en estos casos. La ordenanza también contempla sanciones para quienes utilicen las redes sociales para convocar botellones multitudinarios.
En otros capítulos del borrador pendiente de aprobación se prevén igualmente multas para conductas racistas, sexistas o xenófobas; para quienes hagan pintadas o dañen espacios públicos con actos vandálicos; o para determinadas formas coercitivas de ejercer la mendicidad, como los gorrillas.
