Informe de la Universitat de València y la Fundación Mapfre

Los chicos se enganchan más al juego online, y las chicas a las redes sociales

Los chicos presentan más problemas de adicción a los videojuegos, mientras que las chicas “se enganchan” en mayor medida a las redes sociales y al móvil. Ésta es una de las conclusiones de un estudio presentado hoy por la Fundación Mapfre y la Universitat de València, que analiza el problema de las adicciones a las nuevas tecnologías de la comunicación entre los adolescentes españoles

ondacero.es

València |

La encuesta ‘Detección temprana y prevención de adicciones tecnológicas en adolescentes’se ha realizado mediante casi tres mil entrevistas a adolescentes de entre 11 y 20 años de una treintena de centros educativos de 13 comunidades autónomas. Y una de las conclusiones más estacadas es ese sesgo de género encontrado entre chicos y chicas, que ha comentado el autor del informe, el catedrático de psicología de la Universitat de València Mariano Chóliz.

En cuanto a la edad, el estudio refleja que la adicción más temprana en aparecer es a los videojuegos –antes de los 14 años-, mientras que las adicciones a redes sociales, móviles y apuestas llegan a partir de los 15 y se agravan con la edad. Según Chóliz, un2,5% de los adolescentes están enganchados a las apuestas online, y cerca de un 5% a redes, mientras que un 15% presenta un uso excesivo sin llegar a la adicción. Son todos valores superiores a los de la población adulta. El catedrático recomienda sobre todo no dejar que las máquinas "controlen" al adolescente.

El estudio se realizó antes de la pandemia, pero Chóliz está convencido de que el confinamiento puede haber agravado los problemas de adicción de los adolescentes a las nuevas tecnologías. El informe ha servido para desarrollar por primera vez en España un test capaz de detectar en cinco minutos a través de 24 preguntas si un joven presenta este tipo de patologías.

El 18,3% de los chicos, frente al 2,2 de las chicas, practica el juego online como una forma de ocio y para establecer relaciones sociales. Los que ya sufren la adicción (1,22%) son conscientes de que deben dejar de jugar, pero reconocen que necesitan apostar cada vez más para conseguir los efectos deseados, lo que les provoca pérdidas económicas. También admiten que en alguna ocasión han mentido sobre su implicación en el juego y que necesitan a los demás para que lo financien, la única forma para solventar las deudas contraídas.

Los chicos también prefieren los videojuegos (17% frente al 2,2% de las chicas), sobre todo en la franja comprendida entre los 11 y los 16 años (23%) y principalmente porque les permite demostrar habilidades de estrategia, así como “competir y ganar”. Quienes eligen esta forma de entretenimiento optan por videojuegos de rol en modalidad multijugador masivo, potencialmente más adictivo que el juego offline. Los videojuegos se promocionan a edades tempranas y representan una parte importante del ocio de los más pequeños, probablemente en detrimento de otras actividades lúdicas necesarias para el desarrollo y la maduración óptima.

La investigación, resultado de una encuesta realizada durante los meses previos al confinamiento a un total de 2.808 estudiantes entre 11 y 20 años, pone de manifiesto que el móvil se ha convertido en el principal “objeto de deseo” de los adolescentes españoles, con independencia del sexo, edad y lugar de residencia. Las chicas, en concreto, muestran niveles de adicción más elevados que ellos (8,2% vs. 3,2 %) y también mayores conductas de riesgo de dependencia (24,7 vs. 12,0 %), lo que puede deberse a que la principal función del móvil es la comunicación instantánea en cualquier momento y desde cualquier lugar. Por edades, los jóvenes con mayor dependencia al teléfono móvil tienen entre 18 y 20 años y aquellos con mayor riesgo de adicción, se encuentran en la franja comprendida entre los 15 y los 16.