Hoy con Leleman venia pensando en… las explicaciones que Morales dio anoche, aquí, sentado en esta misma silla, de su salida del Levante con Aitor Gómez en Radioestadio Noche.
Es posible que a muchos levantinistas les parecieran insuficientes. Lo entiendo. Entiendo cómo deben sentirse muchos de ellos al ver que su jugador de referencia, ese que repitió varias veces que no se iba a ir, de la noche a la mañana y con el equipo en segunda decide marcharse. Quizá ninguna explicación pueda convencerles del porqué lo ha hecho.
Morales dijo ayer que por primera vez ha sido egoísta y ha pensando más en si mismo que en el club, ese que dice llevar en lo más profundo de su corazón y que me consta es así. Pues sí. Ha sido egoísta después de once años con el club que le llevó al éxito y se lo dio prácticamente todo. Es difícil entenderlo, lo sé, como alguien que en otras ocasiones ha sido generoso de repente deja de serlo y antepone, lo dijo él mismo, su interés propio. Pero es humano entre otras cosas porque el ser humano es egoísta por naturaleza. Lo otro, suele ser la excepción.
Luego está la forma. No ha sido la mejor y él lo sabe. Yo sí creo que cuando dijo aquello de “volveremos” o repitió que se iba a quedar lo hizo con el corazón. Tal vez le su ímpetu y su sentimiento le jugó una mala pasada. Tal vez debió tener la cabeza fría antes de prometer cosas que luego no ha cumplido. Pero eso… eso también es humano.
Precisamente por esa condición de humano, los levantinistas le han bajado a la tierra y le han despojado de su categoría de mito, lo han sacado del Olimpo de los Dioses. Y ese es el precio que va a tener que pagar Morales por salir del Levante, por anteponer su interés propio y por ser sincero cuando debió de callar. Esa es la mejor y única explicación que podría dar el propio José Luís Morales… En el pecado lleva la penitencia…
