La victoria del pasado fin de semana ante el CD Mirandés, lejos de ser un bálsamo para el equipo, ha quedado totalmente eclipsada por una semana marcada, una vez más, por los despidos.
Primero fueron Felipe Miñambres y Antonio Carmona por sorpresa, y ahora personal de nuevo en oficinas, incluso personal de limpieza.
Pero no va a quedar ahí. Está previsto que el club siga adelgazando su estructura hasta dejarla en mínimos necesarios para poder sobrevivir en la categoría de plata, y es que le llegada de la nueva directiva ha sacado las vergüenzas de la anterior gestión. Nunca antes el dicho de "vivir por encima de sus posibilidades" cobró tanto sentido en el mundo del fútbol.
Eso es precisamente lo que está sucediendo en Orriols. Con el club a 3 puntos del ascenso directo, nadie diría que se trata de una entidad ahogada por las deudas y al borde de la quiebra, algo que si no ha sucedido ya, es por el trabajo de Pepe Danvila, que apostó por sostener al Levante cuando estaba en caída libre deportiva y financieramente.
De hecho, Felipe Miñambres reconoció en rueda de prensa el trabajo del Consejero Delegado y Pablo Sánchez, presidente del club.
Lo que ha hecho es la leche e intento aconsejarle desde una amistad. Si le tengo que decir que se equivoca en algo se lo digo
Cuando uno "ha puesto tanto dinero es muy difícil ponerse en su lugar. A partir de ahí, es diferente al resto que estamos cobrando del club. Yo no hubiese tomado esa decisión y no la acepto. A Pepe le tengo aprecio. Lo que ha hecho es la leche e intento aconsejarle desde una amistad. Si le tengo que decir que se equivoca en algo se lo digo", dijo ante los medios en su despedida.
La próxima semana se presentarán las cuentas ante los medios de comunicación y a principios de abril se celebrar una Junta de Accionistas que de nuevo arrojará pérdidas y una deuda que superará los 100 millones de euros.