Vicente Iborra y su levantinismo, es algo que a estas alturas, nadie pone en duda. Es más, el propio jugador ya ha manifestado que no quiere ser un problema, pero su aportación en el terreno de juego y en el vestuario ha sido clave para que el Levante UD vuelva a primera división tres años después.
Las lesiones han impedido que el de Moncada pueda participar más con el equipo y tan sólo ha disputado 26 encuentros, una cifra que de no ser por los problemas físicos, hubiese sido mucho mayor.
A sus 37 años, y con más de 250 partidos disputados con la elástica 'granota', afrontará la que podría ser su última campaña en activo con una misión clara: lograr la permanencia. Y además hacerlo vestido de corto, y si las lesiones se lo permiten, será sin lugar a dudas, la prolongación del técnico sobre el terreno de juego.
Tras su paso por Sevilla, Leicester, Villarreal y Olympiacos, su experiencia es un intangible para Julián Calero, algo que ya ha quedado demostrado esta temporada. La voluntad del jugador es la de seguir, y salvo contratiempo, también lo es la del club.
Planificación en curso
El técnico, junto con Ayora, Gila, Rodas y Pepe Danvila, ya trabajan en la planificación de una temporada en la que acertar en el mercado será clave, más si cabe por la delicada situación económica del club que ya trabaja en la incorporación de jugadores, algunos de ellos procedentes de Villarreal.
Con el traspaso de Álex Forés en plenas negociaciones, ambos clubs buscan llegar a un entendimiento para las posibles cesiones de Romero, Altimira o incluso Ramón Terrats. Los cuatro jugadores cumplen con los requisitos de ser jóvenes, económicamente accesibles, con experiencia en primera división y de rendimiento inmediato.
El Villarreal vería con buenos ojos las cesiones al Levante en primera división siempre y cuando no salgan traspasados hombres como Carlos Romero o Terrats (al que le queda un año de contrato y si no se le traspasa, habría que renovar para poder salir a préstamo).