La estenosis de uretra es un estrechamiento del conducto urinario que se asocia con la dificultad para orinar, lo que a largo plazo puede provocar infecciones de orina, incontinencia urinaria, cálculos vesicales y, en algunos casos, vejiga hiperactiva. Según la Asociación Española de Urología afecta a 1/10.000 hombres entre los 25 y los 65 años, y a 1/1.000 hombres de más de 65 años.
Las personas que padecen de estenosis uretral ven mermada en gran medida su calidad de vida cuyos efectos son, entre otros, la dificultad para iniciar la micción, sensación de ardor y quemazón uretral o vaciado incompleto de la vejiga que puede incluso derivar a enfermedades irreversibles en el riñón.
Las causas más frecuentes de esta patología están asociadas a traumatismos, infecciones de transmisión sexual y causas desconocidas, como la estenosis idiopática. Tal como explica el doctor Nelson Díez, urólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “algunas lesiones en la uretra pueden también estar ocasionadas por traumatismos al colocar sondas o catéter en la uretra, lesiones pélvicas, lesiones en el pene durante la actividad sexual, trauma perineal, cirugías endoscópicas, hipospadias, liquen escleroso o bien por causas congénitas”.
¿Cómo detectarlo?
Sus síntomas más frecuentes son dificultad para orinar, debilidad en el chorro urinario, sensación de quemazón, ardor en la uretra y aumento de la necesidad de orinar. “Sin embargo, -tal como comenta el profesional-, dichos síntomas son comunes a otros procesos, por ello es necesario estudiar cada caso en una consulta urológica para descartar si es o no una estenosis de uretra o si, por el contrario, se trata de otra patología. Por ejemplo, el tratamiento de la estenosis de uretra es sumamente diferente al de la obstrucción prostática y, por lo tanto, es necesario un correcto diagnóstico”.
Al presentar alguno de estos síntomas lo más recomendable es acudir al urólogo de inmediato. Tal como explica el especialista, “es muy útil en fases iniciales y de gran rentabilidad la realización de una flujometría a la hora de estudiar a este tipo de pacientes, siendo parte del diagnóstico inicial el estudio mediante ultrasonografía renal y vesical acompañado de un sedimento de orina más urocultivo. Cuando el índice de sospecha es alto el urólogo podrá realizar una uretrografía para conocer el grado de estrechez, longitud y ubicación de la lesión. En algunos casos puede ser necesario la realización de una uretrocistoscopia para apoyar el diagnóstico y decidir el método quirúrgico más adecuado para su resolución”.
Tratamiento
Es importante tratar esta enfermedad ya que “si no se trata, la situación puede empeorar y provocar una disfunción vesical, lo que podría derivar en una incapacidad para orinar (retención urinaria crónica), ascenso de la orina a los uréteres y riñones desde la vejiga, llegando en casos terminales a la insuficiencia renal crónica”, comenta el especialista.
“Para tratar a este tipo de pacientes, se requiere de una cirugía en casi todos los casos, ya sea endoscópica o abierta, mediante cirugías reconstructivas de la uretra, conocidas como uretroplastias, que pueden ser realizadas con o sin injerto (mucosa bucal, lingual, prepucio, etc.), de acuerdo con el caso, ubicación, longitud y complejidad”, comenta el doctor Díez.
Sobre Vithas
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